Al pie del Tabernáculo

12 – Paráclito

Silencio. Tinieblas. Horror. El rito, de origen afro brasileño, está a punto de iniciarse. El objetivo es muy concreto: sacar un obstáculo del camino del Supremo. Cuentan con los medios necesarios para eso y con las personas adecuadas para que nada salga mal. El gran salón está preparado con minuciosidad. Varios personajes ingresan, entre ellos, una mujer embarazada a punto de parir. Encienden antorchas. Ingresan animales. Encienden velas. Una extraña música suena. Sólo interpretada por instrumentos de percusión. En un idioma desconocido, el que parece ser el jefe, comienza un canto y una danza frenética. Varias mujeres lo secundan, mientras otras atienden a la embarazada, que experimenta contracciones.

Colegio Santa Clara.
-¡Hhhh!
-¡Clarisa, ¿estás bien?! – pregunta Pamela.
-No sé… me siento mareada…
-Siéntate en el suelo, llamaré a Fray Fernando.
-De acuerdo. (“Algo está mal… hace años que no me suceden estas cosas… ¡Joel, ayúdame, por favor!”)
-CLARISA.
-¿Joel? ¿Dónde estás?
-EN TU MEDALLA.
-¿Cómo te saco de ahí?
-RECITA LA ORACIÓN.
-Bien… CRUX SANCTA SIT MIHI LUX… NON DRACO SIT MIHI DUX… VADE RETRO SATANA… NUNQUAM SUADEA MIHI VANA… SUNT MALA QUAE LIBAS… IPSE VENENA BIBAS.
-¡DIOS BENDIGA TU MEMORIA!
-¡¿Qué está pasando, Joel?!
-TRANQUILÍZATE. AQUÍ, EN EL COLEGIO, ESTÁS A SALVO.
-¡Habla, por favor!
-TU FAMILIA SE ENCUENTRA BAJO LA INFLUENCIA DE UNA SECTA. EN ESTE MOMENTO EFECTÚAN UN RITUAL, CON EL OBJETIVO DE DESTRUIRTE.
-¡¿Por qué a mí?!
-PORQUE HOY VAS A SER CONFIRMADA. QUIEREN IMPEDIRLO DE ALGÚN MODO.
-¡Casi lo logran!
-PERO NO SERÁ ASÍ… AQUÍ LLEGA FRAY FERNANDO.
-¡Clarisa!
-¡Fray Fernando!
-¿Qué sucede?
-No lo sé… hace años que no me suceden este tipo de cosas… casi desde antes de mi Primera Comunión…
-Hmmm… ¿llevas tempo sin confesarte?
-Bueno, sí…
-Linda, no es bueno que descuides tu espiritualidad.
-¡De haber sabido que era tan feo, dejaba el entrenamiento para más tarde!
-¿Puedes caminar hasta la Capilla?
-Creo que sí…
-Despacio…
-¡Me mareo!... ¡Todo me da vueltas!...
-¡Y faltan sólo dos horas para la ceremonia!
-¡Cierto!
-Cortaremos camino por el jardín y la pared falsa.
-Bien.
-¡Qué bueno que no te sucedió esto en casa!
-Mi madre me habría prohibido venir…
-Eso pensé.
-Fray Fernando, ¿por qué me hacen esto?
-¡Ojalá tuviera una respuesta!
-¿Tanto pueden envidiarme?
-El universo de los adultos es oscuro y complicado, linda.
-Mi tía Rocío siempre dice que este tipo de cosas las hace gente que quiere el fracaso y la ruina de sus enemigos. Por eso me ha puesto este listón rojo en el brazo… mira. – Fray Fernando trató de controlarse, ante sus ojos, estaba la razón del decaimiento espiritual de la Cazadora.
-¿Le crees?
-Nunca miente. En eso es como yo.
-Entonces, la han engañado a ella.
-No entiendo.
-Ya lo estudiarás en Roma, me ocuparé de eso. No debes recurrir a estas cosas, hija. Son paganas, no están permitidas por la Santa Madre Iglesia, así como también el uso de amuletos, la adivinación y la invocación de espíritus.
-Lo siento, no tenía idea.
-No te culpo. Vamos a cortarlo, bendecirlo y quemarlo, es un procedimiento habitual.
-De acuerdo. – el fraile asperja la mano de la niña con Agua Bendita y luego corta la cinta y la quema.
-¿Te sientes mejor?
-¡Como nueva!
-¡Maravilloso!
-Con permiso… - interviene el Obispo, ingresando.
-¡Buenos días, Monseñor Pujol!
-¡Buenos días, Clarisa! ¿Te encuentras bien?
-Perfectamente, no ha sido más que un susto.
-Me alegro mucho, linda.
-Gracias.
-Ve con la hermana Catalina, ya va a comenzar el ensayo del coro.
-¡Cierto! ¡Con permiso! – Clarisa sale como un rayo.
-Ha crecido. – comenta el Obispo.
-Mucho. Y este viaje ha sido providencial.
-¿Por qué?
-Últimamente, ha estado recibiendo influencias negativas.
-¡Oh!
-Lo que usted temía. La nueva secta…
-¿Averiguó usted algo?
-Poco, pero lo suficiente. Es peligrosa.
-¿Idolatrías?
-Superstición, espiritismo, Magia Negra… ¡la lista sigue!
-¡Dios Santo!
-Por eso debo llevarme a la niña a Roma cuanto antes. Allí se mantendrá lejos de todo camino riesgoso.
-Muy a tiempo.

-¡Clarisa, llegas muy a tiempo!
-¿Necesita algo, hermana Catalina?
-Colócate como Prima Donna.
-¡Con todo gusto!
-Muy bien, niñas, relájense, respiren hondo por la nariz y exhalen por la boca… ¡eso es! – en la hora que sigue, el coro se pone a punto para la celebración.

La mujer está cerca de dar a luz. La danza, cada vez más veloz, no se detiene. De pronto, algo sucede. La mujer deja de gritar. Su vientre ha parado de moverse. El Jefe se alarma. Palidece. Sabe que si el niño nace muerto, el ritual será nulo.

-QUERIDOS HIJOS, ¿SABÉIS LO QUE VAIS A RECIBIR?
-RECIBIREMOS EL ESPÍRITU SANTO QUE JESÚS NOS PROMETIÓ.
-¿SABÉIS QUE HARÁ EN VOSOTROS EL ESPÍRITU SANTO?
-EL ESPÍRITU SANTO NOS ALEGRARÁ, NOS ILUMINARÁ CON LA LUZ DE LA FE, NOS ENCENDERÁ CON EL FUEGO DEL AMOR, Y NOS CONFIRMARÁ PARA DAR TESTIMONIO DE JESÚS…

La parturienta llora. Se siente morir. Todas las velas se apagan al mismo tiempo. El lugar queda totalmente a oscuras. El caos está instalado.

-CLARISA MARÍA DEL ROSARIO, RECIBE POR ESTA SEÑAL, EL DON DEL ESPÍRITU SANTO.
-AMÉN.
-LA PAZ SEA CONTIGO.
-Y CON TU ESPÍRITU.

El bebé nace muerto. La madre muere al darlo a luz. El sacrificio no puede realizarse. La confusión y la desesperación han hecho que entre ellos mismos se maten en la oscuridad.

Clarisa llora abrazada a Fray Fernando. Llora de felicidad y no sabe hacer otra cosa. Su madre, extrañada, se acerca creyendo que la niña se siente mal. Fray Fernando la tranquiliza con un gesto. Más calmada, la Cazadora regresa a su asiento y la misa continúa.
Desde las sombras del interior de un confesionario, alguien observa todo con satisfacción.
-(“Está hecho. Nada podrá detener el proceso, ni siquiera su propia familia. Una vez que llegue a su hogar, ella misma notará la diferencia, tanto en su físico, como en su espíritu.”) – el anciano padre Callahan continúa su labor, con una radiante sonrisa.

Mansión Suárez. El lunes siguiente.
-¡Rayos!... ¡Rosario!... ¡Rosario!
-¿Sí, mi niña?
-Llama a la casa de corsetería y pide que me envíen una asesora por favor, necesito hacer un cambio en la ropa interior…
-Enseguida.
-Bien… (“Usaré el maillot para entrenar esta mañana… ¡Vaya! Me pareció que estaba más delgada la semana pasada… bueno, tampoco estoy gorda…”)
-¡Estás creciendo, hija!
-La ropa que ya no me queda, me dice lo mismo, mamá.
-Irás al médico antes de viajar, ¿de acuerdo? No vaya a ser que te hagas mujer fuera de casa…
-Mamá… Me hice mujer hace dos meses… fui a decírtelo a tu despacho, cuando volví del colegio y tu secretaria me dijo que no querías que nadie te moleste…
-¡Oh, mi vida, lo siento!
-Descuida, creo que la secretaria tiene un problema conmigo…
-Si no recuerdo mal, es la madre de una compañera tuya…
-Entonces, es envidiosa…
-¿Desayunamos?
-¡Claro!
-¿Cómo te sientes?
-¡Ansiosa!
-¿Por la competencia?
-¡Y por el viaje!
-¡Me imagino! El chofer del bus que alquilaste ya está pasando a buscar a tus compañeras, para llevarlas al estadio… Aún no comprendo por qué lo haces…
-Quiero que dejen en paz a Pam. La molestan mucho, y como siempre te digo, a mí no me creen.
-¿Piensas que van a creerle a tus puños?
-¡Hablan muy bien!
-¡No lo dudo, campeona! – esclama Rodrigo.
-¡Buenos días, papá!
-¿Lista para ganar?
-¡Como siempre!
-Tu nuevo dobok acaba de llegar desde Corea.
-¡Genial!
-Disculpe, señor…
-¿Qué sucede, Rosario?
-La representante de ventas de la casa de corsetería Deluxe…
-La atenderé en mi suite. Por favor, Rosario, condúcela hacia allí, estaré con ella en un momento.
-¡¿«Corsetería fina»?! – exclamó Rodrigo.
-Sí, querido, «Corsetería fina». ¡Nuestra pequeña es ya una mujercita!
-¡Por Dios, cómo pasa el tiempo!

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