Maggie Mae

23 - ESTE FUE EL AMARGO INICIO DE UNA HISTORIA DULCE...

Febrero 16. 9:30 a.m. Miami.

Rita ingresa a la ducha. Está cansada, se durmió muy tarde y no atendió el llamado telefónico de su madre. Obviamente, no está dispuesta a aceptar el castigo que le impuso...

-(“¡No!... ¡Decididamente, me niego!... ¡Me quedaré aquí!... ¡No tengo ganas de soportarla!... Se calmará cuando ellos estén lo suficientemente lejos... o sea, cuando los haya perdido para siempre...”) – pensó la niña, con la toalla puesta. El teléfono sonó nuevamente. Insistente. Ruidoso. Insoportable. Finalmente la niña, para evitarse un dolor de cabeza, depuso las armas.

-(“¡Seguro es ella de nuevo!... ¡Hhh!... ¡Atenderé!”) ¿Hola?

-¡Rita, hija, por fin!

-¡Hola, mamá, ¿cómo estás?!

-¡Fatal! ¡¿Por qué no quisiste atenderme?!

-Me estaba bañando...

-Ah...

-¿Ocurrió algo?

-Aquí en el hotel, nada... El problema lo tengo yo, y no encuentro el modo de resolverlo...

-¿En forma pacífica?

-Digámoslo así...

-Entonces, déjalo pasar... Sólo serán unos días más... el tío Al se está quedando conmigo, así que no hay cuidado...

-¡Fantástico! ¡¡Magnífico!!... ¡¡¡Mira qué buena solución le pones a las cosas!!! (“¡Mala influencia!... ¡Muy mala influencia!”)

-¡Mamá, por favor, no empieces! ¡¿O se te olvida que ibas a mandarlo a que me vigile?! ¡Por Dios, sé un poco más coherente y más justa, ¿quieres?! ¡Sabes perfectamente, que sé comportarme como corresponde!

-¡Nadie sabe «comportarse como corresponde» a los catorce años!

-¡Muy bien, parece que amaneciste con ganas de discutir! ¡¿Qué pasó esta vez?!... ¡¿No pudiste seducir al gerente, para que te ascienda?!... ¡¿O algún amante te despreció?!

-¡¡Pero, ¿cómo te atreves?!!

-¡Adiós, mamá! ¡La verdad no ofende! – Rita, harta de discutir, cerró la comunicación, y se dejó caer sobre la cama, para llorar amargamente. Así estaba, cuando Brian pasó cerca de la puerta. Escuchó el llanto desconsolado de la niña, y decidió intervenir.

-¿Rita? ¿Puedo pasar? – preguntó, luego de tocar la puerta.

-¡¡No estoy para nadie!! – gritó ella, muy angustiada. A esto, el manager ingresó al cuarto sin pensarlo dos veces. Temía muy en su interior que la joven cometiese alguna locura.

-¿Puedo preguntar qué sucede?

-Sucede mi madre... Otra vez.

-No te llevas bien con ella, ¿verdad?

-Creo que... nunca terminaré de entenderla...

-¿Quieres contarme? Me parece que precisas desahogarte...

-¿Qué más da? ¡Ya estás aquí!

-Te escucho.

-Mamá tiene un carácter muy especial... Parecido al mío... y formado a golpes...

-¿Divorciada?

-Viuda... Pero no de mi padre... Yo soy hija de padre desconocido... según mi partida de nacimiento, la realidad es muy otra… El hombre que se casó con ella, me dio su apellido, pero nada más... Ya entonces, vivíamos en el hotel... Se suicidó ahorcándose, cuando yo tenía cuatro años... ¡Estaba loco!... Un año antes, y para protegerme de sus golpes, mi abuela decidió internarme pupila en el Colegio San Francisco... desde la muerte de mi «padre», la vida de mi madre quedó totalmente fuera de control, se volvió una cualquiera... cada vez que me tocaba pasar el fin de semana en casa, encontraba a mamá con un «novio» distinto... cuando el tiempo comenzó a pasar, las cosas se calmaron un poco, por el lado de mamá y su vida privada... pero comenzaron los problemas conmigo... dejé de ser pupila, por una cuestión económica... aprendí a cocinar, lavar, planchar... ¡y soportar!

-¿Qué cosas?

-A los doce años... la última pareja de mi madre... intentó... violarme... estando ebrio... no había nadie en la casa... yo llegaba de la escuela... y me dirigí al desván a buscar unos libros... cuando él entró... tirando la puerta abajo... di un grito cuando lo vi... me dijo que me calmara... y preguntó por mamá... le respondí que no sabía a qué hora regresaría... comenzó a mirarme... de una manera horrible... me dio miedo... se acercaba... tambaleándose... su aliento... apestaba a whisky... me manoseó... ¡tanto!... ¡comencé a gritar!... ¡él... buscó algo con qué taparme la boca, sin soltarme!... con una sola mano, desarmé la lámpara de pie... le pegué... con toda mi fuerza... cayó por la escalera insultándome... amenazó con matarme, si se lo contaba a alguien... ¡no sabía a quién recurrir!... finalmente... se lo dije a la hermana Alexia... Ella habló con mi madre... casi de inmediato corrió a ese hombre de la casa... Pero siempre me acusó de ser la culpable de su fracaso amoroso... desde entonces, vigila cada cosa que hago... todo... la ropa... las lecturas... la música... ¡Y obviamente, los muchachos!... pero no lo hace por mí, sino por ella misma... se supone que debo ser todo lo que ella no fue...

-No es algo fácil de lograr... ¿Pelean así todo el tiempo?

-Sólo cada vez que conozco a un muchacho...

-¿George?

-¡George!

-¿Estás enamorada?

-No lo sé... Todavía no pude aprender lo que es... ¿por qué lo preguntas?

-Porque he notado que él sí lo está de ti...

-¿Te lo dijo? (“¡Puedo llegar a morir aquí mismo, si es así!”)

-No fue necesario... La forma en que te miró desde el primer momento... esa fue la primera señal... habla todo el tiempo de ti... se desespera cuando no te tiene cerca... ¿A ti te sucede algo parecido?

-Muy parecido... Casi igual...

-¿Qué pasa con tu cuerpo, cuando estás tan cerca de él?

-¡A veces creo que no lo siento!... El corazón me palpita como loco... ¡y de pronto siento que me falta el aire!... Es algo muy fuerte...

-Es algo muy fuerte lo que siento por ella, Ringo... ¡pero no sé cómo decírselo!...

-Pasas por una lucha interna muy grande, amigo... ¡No quisiera estar en tu lugar!... Creo que eres el único de nosotros, que ha tomado seriamente la situación... para el resto... Rita es una niña hecha mujer... tierna, atractiva, traviesa... pero nada más... nos gusta, pero sólo eso... nos atrae, pero no la deseamos... seguimos viendo a una niña de catorce años... un bebé...

-Lo noté...

-¿Te da celos saber esta verdad?

-¡Los mataría si no fuéramos amigos!

-¿Qué crees que opine ella?

-Parece muy divertida... Juega con nosotros... pero conmigo es diferente... se dedica mucho más a impresionarme... ¡a su modo!

-¡Cierto!... ¿Sabes?... Creo que justamente por su corta edad, Rita nunca estuvo enamorada... en teoría, la estás estrenando.

-¿Te parece?

-Es muy pequeña... Por momentos, no sabe cómo actuar...

-No sé cómo actuar... Lo que sí sé, es que él lo sabe todo... y eso me asusta... Pero cuando lo veo... recupero la calma...

-Eso es algo absolutamente normal, para la edad que tienes...

-¿Seguro?

-Seguro... ¿Nunca hablaste del tema con tu madre?

-No... Nadie me enseñó las «reglas del juego»... Hasta podría jurar que ella tampoco estuvo realmente enamorada... nunca... Y por su modo de vida... ¡prefiero mantener la boca cerrada!

-Comprendo... bien iré a supervisar el show de esta noche.

-¡Está bien!

-¡Te veré luego! – Brian se retiró.

-(“¡Al menos, pude decírselo a alguien!... ¡Aún así, desearía ser mayor para poder irme con ellos!... Mamá no soportaría la idea... seguramente, más por envidia que por miedo... la conozco... ¡Hmmm!... ¡Bajaré a desayunar al bar!...”) – ya vestida, y con el pelo todavía húmedo, bajó corriendo las escaleras y llegó al restaurante del hotel, allí la esperaba su tío.

-¡Buenos días, linda!

-¡Buenos días, tío Al!

-¡Hey! ¡Qué cara traes!

-Me han arruinado el día...

-¿Tu madre?

-¡Mi madre!

-¡¿Cuántas veces al día estuvo llamando?!

-¡He perdido la cuenta!

-¡Cielos! ¡Ni que fueras a salir embarazada!

-¡Al paso que voy, ¡no me casaré nunca!!

-¡Oye! ¡Tienes catorce años! Tiempo es lo que te sobra... a menos que sea eso lo que te preocupa y no tu madre...

-¡¿Cómo haces para conocerme tanto?!

-Creo que es porque te crié...

-¡¿Tú?!... ¡No te creo!... Mamá dice que sería incapaz de dejarte conmigo más de tres días... te tiene por libertino e irresponsable...

-¡No me extraña!... Siempre ha juzgado al resto de la gente por lo que ella misma es... jamás va a asumir ese defecto mientras viva... por esa misma razón me fui de casa, no para vivir a mi antojo, como seguramente ella te habrá contado, sino para no acabar peleando delante de ti... ¡No quise lastimar a nadie!... Tu merecías tener una infancia feliz... y yo, ya no podía hacer nada más...

-¿Tú?... Casi no recuerdo esa época...

-Sí... lo imagino... yo... Cuando tu naciste... junto con tu abuela, me hice cargo de ti, mientras tu madre se recuperaba... en una clínica psiquiátrica... era eso o darte en adopción...

-¡¿Cómo?!

-Nunca te lo conté... no me lo permitieron... fue una forma de seguirte protegiendo... no estuve de acuerdo... resultó ser otra de las cosas que hicieron que me fuera...

-¡¿Qué más se me ocultó?! ¡Quiero saberlo todo!

-Bien... ya que eres tú la que lo pide...

-¡Por favor!

-Tu madre... ¡fue violada!... lo supimos cuando la encontramos esa madrugada, cerca de la escollera aquí en Miami, estábamos de vacaciones, y ella... había intentado suicidarse... el hombre... ¡si es que a esa clase de alimaña, se le puede llamar hombre... era casado y tenía un hijo.... lamentablemente, también era amigo de la familia desde hacía muchos años... por ende, conocía a Margaret de muy pequeña... tu abuela la dejaba seguido bajo su cuidado para poder salir a trabajar... y él siempre le estaba muy encima... la consentía... le compraba cosas... según lo que ella inocentemente le contaba a una de sus amiguitas de la escuela... le daba dinero a escondidas a cambio de «caricias»... un día... cuando ella creció y se transformó en mujer... comenzó a ofrecérselo directamente por sexo... se negó... esa misma noche... la secuestró... ese fue el modo en que te concibió tu madre... pero no fue lo peor que le pasó... contrariamente a lo que suele suceder en estos casos... tu mamá se volvió ninfómana, en cuestión de días estuvo fuera de control, ni siquiera respetó su condición de futura madre... por eso la internaron cuando su estado se hizo evidente...

-¡Dios mío!

-Ahora... desgraciadamente... te has vuelto una peligrosa competidora para ella... Por eso te vigila así...

-¡Pobre mamá!... Es enferma, entonces...

-Lamento decirte, que así son las cosas... por eso estoy al margen de la familia...

-Tío...

-Dime...

-¿Podría irme a vivir contigo cuando termine la escuela?

-Te quedan todavía dos años por delante, linda...

-Lo sé, pero...

-Veinticuatro meses, en los que pueden pasarte muchas cosas...

-¡No sé si lo soportaré!

-¿Aún cuando una de esas cosas... es la que está entrando por la puerta que está a tus espaldas?... ¡No te des vuelta!... Deja que te «sorprenda»... ¡será muy divertido...! – Al acababa de localizar a George y se habían intercambiado una señal de complicidad. Ella ordenó su desayuno, intentando no mirar a Harrison y al mismo tiempo conteniendo la tristeza y la angustia, por lo que acababa de saber. George, por la espalda, la tomó de la cintura.

-¡Buenos días! – la saludó.

-¡George! – alcanzó a susurrar ella antes de abrazarlo con fuerza y llorar unos instantes en silencio, luego se secó las lágrimas con el cabello, de modo que el muchacho no notó su estado emocional.

-¿Dormiste bien?

-Sí, claro...

-¡Me alegro por ti...!

-¡Y tengo hambre!... ¡Hmmm!... ¡Lo que viene en esa bandeja huele delicioso!

-¡Bien, entonces, vamos a probarlo! – Al compartió el desayuno con ellos.

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