Maggie Mae
25 - ELLOS SON ARTISTAS...
Febrero 17. 1:30 a.m.
Ya se apagaron los flashes. El silencio domina todos los ambientes. Nadie a la vista. Todo el lugar duerme. Y se percibe un delicioso aroma a alfombras recién colocadas en todos los pasillos. Esto es en buena parte cierto, ya que las de la mañana fueron retiradas debido a que varios inescrupulosos individuos, que habían logrado colarse en las instalaciones, arrancaron grandes trozos de los tapetes por los que los muchachos habían transitado, para ponerlos a la venta en la vía pública. Cada uno, en su habitación, se entregó al descanso... Excepto Rita, que a pesar de haberse quitado ya el maquillaje, no ha conseguido conciliar el sueño. Aunque está agotada y completamente disfónica de tanto gritar, se ha dado cuenta de que todavía tiene algo para hacer, antes de acostarse.
-(“¡Hhhh!... ¡Estoy cansada!... ¡Mis pies me están condenando a muerte!... ¡Listo!... ¡Al fin!... Bien... Me cercioraré de que todo está en orden...”) – la niña abre la puerta y sale. Silenciosa, baja al sótano y abre uno de los compartimientos del personal de servicio, como más de una vez ha visto hacerlo a su madre, y de allí extrae lo que precisa. Luego, toma nuevamente el elevador y con una llave maestra, se cuela en la habitación de Ringo. Detenidamente observa el panorama - (“¡La ventana abierta!... ¿Acaso quiere pescarse una pulmonía?... ¡Ahora está cerrada!... tapamos esos pies que sobresalen... dejó caer la almohada... ¡Bueno, que descanses!...”) – en silencio, pasa a otro cuarto. Allí, duerme Paul - (“Todo parece estar bien... Duerme profundamente... ¡ops! ¡Se destapó la espalda!... ¡Hmmm!... Bien... ahora está otra vez abrigado...”) – del mismo modo en que llega, se retira. Sigue el cuarto de George - (“¡Hhhh!... ¿Sueñas conmigo?... ¡Imposible saberlo con certeza!... Es bello... Dulce... respetuoso... lejano... inalcanzable... sin embargo está haciéndome conocer sentimientos que jamás antes había experimentado... ¿será amor?... ¡quisiera poder definirlo así!... pero no sé... todo lo que me pasa parece no caber en mi cuerpo... ¡Jí, jí!... ¡otro con los pies fuera de la cama!... ¡Hmmm!... Si me caso con él en estas condiciones... ¡Hmmm!... ¡voy a pasar frío en invierno!...”) – sonríe, mientras reordena las cobijas.
Al llegar a la alcoba de Lennon, un ruido extraño llama su atención.
-(“¿Qué estará sucediendo?... Parece que respira mal... ¡Cielos!... Y está en medio de su peor pesadilla... veré qué puedo hacer...”) – lentamente, se aproxima y lo observa. Su cama es un completo desorden... Él está destapado y en posición fetal. Por momentos, se revuelve inquieto. Suda profusamente. Tratando de no despertarlo, Rita comienza a reacomodar las sábanas primero, y las cobijas después. Lo que ven sus ojos la preocupa. En ese mismo instante, decide que debe al menos intentar ayudarlo.
-¡Hhhh-hhh!... ¡No!... ¡Mamá!... ¡Ten cuidado!... ¡¡Viene un auto de
-¡Shhh! ¡John! Soy yo...
-¡¡Mami!! – Lennon despierta violentamente y la abraza, casi cortándole la respiración.
-¡Hey!... ¡Tranquilo!... ¡Tuviste una pesadilla!... ¡Calma! ¡Todo está bien!
-¡Era mamá!... ¡La vi! ¡Te lo juro, Maggie! ¡Era ella!
-Te creo... ¡Pero ya pasó!... Ahora, trata de dormir... Yo haré lo mismo... ¡Hhhhhhhhhhh!... ¡Hmmm! ¡Es tarde!...
-De acuerdo... Hasta mañana... – Rita ya sale por la puerta, cuando John, vuelve a llamarla - ¿Maggie?
-¿Sí?
-¡Gracias!
-¡No fue nada!
-¡Nos estás malcriando, preciosa!
-¡Ja! ¡No digas tonterías! – Rita, avergonzada, corre a su habitación. Allí, la espera lo que no está en sus planes...
-¡¿De dónde vienes?! – pregunta Cynthia Lennon.
-De recorrer las habitaciones de los muchachos... quise ver que todos durmieran bien...
-¡Tardaste bastante!
-Me aseguré de que durmieran bien...
-De modo que ahora ocupas el rol de «madre».
-Me gusta hacerlo, eso es todo...
-¡Creo que te gusta demasiado! ¡Sobre todo, si se trata de mi marido!
-¡O. K.! ¡Ya veo a qué debo el honor de tu visita a estas horas! ¡Reclamos!
-¡¡Por supuesto que sí!! ¡Somos una familia, deberías saber lo que eso significa! ¡Oh, claro! ¡Si seré tonta! ¡Olvidé que tú no tienes una! ¡Por eso no sabes todo lo que implica!
-¡Ya! Entendí... vas a pedirme que no me acerque más a John... Bien, seré obediente... Mira, justamente traje una regleta de dibujo, para medir la distancia entre él y yo, de modo que desde mañana mismo, no habrá menos de un metro, entre John y yo... ¿conforme?
-¡Muy graciosa! ¡¡Muy graciosa!!... ¡No te burles de mí, jovencita!... ¡He visto la forma en que se miran!... ¡Y no me gustó en lo más mínimo!... ¡Eres demasiado resbalosa para tus catorce años!
-¡¿Me llamas resbalosa, y te embarazaste para tener marido?!
-¡¡Pequeña insolente!! ¡¡No sabes nada de la vida!!
-Eso puede ser cierto, pero puedo distinguir entre lo bueno y lo malo... Y casarse embarazada... ¡Hmmm!... No creo que sea lo mejor...
-¡¿Alguien quiere decirme, qué está pasando aquí?!... ¡Cynthia!... ¡Hace más de media hora que Julian está llorando!... ¡Tiene fiebre y vomitó su biberón!... ¡Demonios!... – John apareció oportunamente, con el lloroso bebé en sus brazos - ¡¿Por qué no lo atiendes cuando te necesita?! ¡¡Por Dios!! ¡¡Deja de hacer escenas de celos y compórtate como una madre, ¡hazme el favor!!! – de mala gana, Cynthia tomó al pequeño y se lo llevó - ¡No te molestes en mirar si está sucio! ¡Acabo de cambiarlo! – Rita los mira desilusionada, en el fondo los compadece realmente.
-(“¡Hmm!... Esto no va camino a un final feliz... de ninguna manera... huelo, por desgracia, un divorcio que se aproxima... ¡Hhhh!... Mejor me acuesto... Nos espera un día muy largo... No perderé de vista la regleta, por ningún motivo... ¡Esa zorra teñida, necesita una lección de humildad!... ¡Y se la pienso dar, por supuesto!...”) – finalmente, apaga la luz.
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