Libro 2 - Al Pie del Tabernáculo

1 - Una chica de buena familia. (parte 2)

-(“¡Hhh! Parece que ya pasó todo... Me sigue preocupando Pam... Su celular no está encendido... En su casa no parece haber nadie... ¿Habrá tenido alguna urgencia?... En fin, mejor será que me ocupe de arreglarme, antes de que llegue mi tío...”) - el vehículo ingresó en la mansión.
-¡Niña Clarisa! Acaba de llamar su tío.
-¿Algún problema?
-Su coche se estropeó, va a demorar unos minutos más de lo programado.
-Eso me dará tiempo para arreglarme sin apuros.
-Su baño está listo.
-Gracias, lo tomaré ya mismo. Por favor, ¿podrías prepararme una aspirina?
-¿Se siente mal, mi niña?
-Molestias femeninas, eso es todo.
-Bien, mi niña, relájese. - la mucama se dirigió a la cocina.
-(“¡Hhhh!... ¡otra vez!... ¡HMM!... El agua caliente, me calmará... ¡Hhhh! ¡Lo sabía!... Aún no he pensado en qué joyas estrenar esta noche... hay mucho para elegir, y tiene que combinar con la ropa que me pondré...”) -pensó mientras se bañaba, y luego, ya con el traje puesto, y el cabello arreglado, se dirigió a la caja de seguridad de la familia - ¿Rosario?
-¿Sí, mi niña?
-¿Quieres ayudarme a decidir, por favor?
-Veamos... Los brillantes estarían bien...
-Sí, pero, creo que son demasiado ostentosos.
-De verdad, tiene usted razón... La cadena con la cruz de oro y rubíes...
-Tiene varias cruces para combinar... mira este Cristo, está tallado en cristal de roca, ¿no es una maravilla? Y la Cruz es de oro azul...
-¡Es perfecto!... ¡Oh, por cierto! ¡¿Cómo pude olvidarlo?! Su tío, la semana pasada, envió para usted un hermoso collar.
-¡Ah, claro! No pudo estar en mi cumpleaños, pero mandó su obsequio... ¡Oh, Dios mío!... Es... ¡Es bellísimo! Tres vueltas de perlas, rematadas en un zafiro claro... ¿Me lo abrochas, por favor?
-Enseguida, mi niña. - respondió el ama de llaves, quitándose los guantes.
-¡Ahhh! - gimió la muchacha.
-¿Ocurre algo, mi niña?
-Sólo una puntada sin importancia, Rosario, estaré bien. - respondió Clarisa, colgándose la cadena con el crucifijo.
-¿Seguro?
-¡Claro, ya se me pasó! Estoy lista para salir.
-¿Señora Rosario?- llamó uno de los criados.
-¿Sí?
-El señor Zacarías Suárez acaba de llegar.
-Gracias, hágalo pasar, yo lo atenderé - el ama de llaves se dirigió a la sala, mientras la niña se retocaba el peinado frente al espejo del pasillo.
-¡Vaya, vaya, vaya! - exclamó el hermano gemelo del padre de Clarisa - ¡Pequeña, no pareces la misma!
-Es que hace mucho tiempo que no me ves, tío Zacky.
-Es verdad. ¡Estás bellísima, Clarisa!
-¡Gracias, Tío!
-Además, ¡estás estrenando mi obsequio!
-¡Sí, es una maravilla! Te prometo que voy a usarlo siempre.
-Bien. ¿Qué tal si salimos? Mi nuevo chofer es un poco impaciente.
-(“¿Nuevo chofer? Es muy raro…”) Está bien, como gustes. - los dos recorrieron el largo sendero que conducía hacia los portones de la finca – (“Hay algo que no me gusta... pero no sé qué o quién es... Parece estar ligado a la preocupación que tengo por Pamela... Ni siquiera dejó la contestadora encendida... Es como si se la hubiera tragado la tierra... Tampoco se ha conectado últimamente a Internet… De todos modos, la veré mañana en la Catedral, ella no faltaría a una celebración así...”) - pensó, mientras el chofer abandonaba su puesto, para abrirles la portezuela de la limousine - (“¡Aaahhh!... ¡Otra vez ese dolor, pero mucho más agudo que el anterior!”)
-(“La nueva Asesina, es varias veces más bella que todas las anteriores... ¡Hasta da lástima tener que matarla!”) – dijo para sí el extraño chofer, que en realidad, era un vampiro.
-(“¡El dolor es cada vez más fuerte!”) - no queriendo arruinarse las uñas, apretándolas contra las palmas, tomó la cruz y comenzó a darle pequeños tirones, para calmarse de algún modo.
-(“¡Oh, oh! ¡Voy a tener problemas, ¡trae una cruz!!”)
-(“Las cosas son cada vez más extrañas... Apenas toqué la cruz, el dolor desapareció por completo... Y volvió la preocupación por Pam... creo que mañana, tendré una larga conversación con Fray Fernando...”)
-¿Sucede algo, Clarisa?
-Nada, tío... Sólo... Pensaba en mi graduación, es mañana por la mañana.
-¡¿Así que te saliste con la tuya?!
-¡Sí!
-¡Sabía que lo harías!
-¡Vendrás, ¿verdad?!
-¡Claro que sí, pequeña!
-Tú eres el único que sabe esto... Además de Pam, claro.
-Tu padre se pondría loco si se enterara.
-Para él, no es más que una pérdida de tiempo, ya lo conoces. Tuve que decirle que había dejado la carrera, sólo para evitar más peleas en casa.
-Tienes que comprenderlo...
-Él sólo piensa en sus negocios y empresas... ¿Sabes? Desde que tengo memoria, jamás me ha preguntado en qué gasto el dinero que se me asigna mensualmente. No le importa, con tal de que su hija sea la más elegante, y mejor vestida de toda España.
-¡Y no le faltan razones!... A propósito, esta reunión será realmente muy especial...
-¿Algún empresario famoso?
-¡Más que eso! Vendrán Joaquín Sotomayor y su hijo, el campeón de motonáutica y vela.
-(“¡Dios, no lo puedo creer!”) ¡Vaya!
-Por eso le pedí a tus padres que te autorizaran a acompañarme...
-¡Oh! Creo que ya entiendo. Se supone que debo causarle una buena impresión, y en lo posible, «flecharlo»; sería algo muy conveniente para la familia... ¡Siempre! ¡Siempre es lo mismo! ¡Mis sentimientos nunca cuentan! (“¡Clarisita, no sabía que mentías tan bien!”)
-Creí que el campeón te gustaba...
-Es cierto, pero sucede que tengo novio... Y para variar, a mis padres no les cae nada bien.
-¿Cuánto tiempo llevan de noviazgo?
-Unos tres meses, es todo muy reciente, y ha causado una verdadera revolución en casa.
-¿Por qué?
-Pues, porque vive solo, y además, es pintor.
-¿Pintor?
-Se graduó en la Escuela de Arte, realmente tiene mucho talento, fue quien hizo mi retrato al óleo.
-¿Eres su modelo?
-Me lo propuso, pero no acepté.
-¡¿No?!
-Es una cuestión de principios... él quería que yo posara desnuda...
-Pero, si es tu novio...
-¡Pero no mi marido!
-¡Esa es mi sobrina! ¡Una auténtica Suárez Ripoll!
-¡De pies a cabeza! - concluyó la joven.
-Bien, hemos llegado.
-¡Hhh!... ¡Qué cantidad de gente!
-Eso significa que los Sotomayor deben estar cerca... - comentó el señor Suárez, ayudando a su sobrina a descender del vehículo.
-¿Me veo bien, tío?
-¡Eres la más guapa del mundo!
-Y tú, ¡eres el tío más adulador del mundo! - respondió Clarisa, mientras su tío le ofrecía el brazo para ingresar a la residencia, donde se ofrecía la cena. Una vez allí, Clarisa fue al tocador a arreglarse
-(“Los invitados aún no llegan... ¡Gran problema el que se me presenta, si Ricardo se fija en mí, siendo amigo de Javier!... De cualquier modo, trataré de ser discreta y moderada... ¡Aunque me resulten una tortura sus ojitos azules!... Veamos... ¡Ahora sí!... ¡Perfecto!”) - pensando así, salió hacia la sala de la recepción. Se colocó a la derecha de su tío.

Paralelamente, la importante comitiva de seguridad del millonario empresario petrolero, llegaba puntualmente a la cita. Como estaba previsto, lo acompañaba su único hijo varón, Ricardo, campeón Mundial de Motonáutica.
-¿Te sientes mejor, hijo? - preguntó Joaquín.
-Eso creo, necesitaba distraerme un poco...
-Has estado toda la semana encerrado en tu cuarto, intentando estudiar para ahogar tus penas.
-¡Otros eligen cosas peores!... ¡Wow! (“¡Que me quede ciego, si no es la mujer más hermosa del mundo!”)
-¡¿Qué sucede?! - preguntó el magnate, ante el gesto de sorpresa de su hijo.
-¡¿Quién es ella?!
-Hmm... No la conozco, pero creo que es la hija de Rodrigo Suárez Puig. - respondió el millonario, mientras padre e hijo admiraban desde lejos a Clarisa.
-¡Es guapísima!
-¡Ya lo creo!
-¿Tendrá novio?
-No lo imagino. ¿Por qué no se lo preguntas?
-Sería una indiscreción de mi parte. (“En tal caso, me habré ganado un enemigo...”) – con esto, los dos dejaron el coche. Automáticamente, la gente de prensa los acaparó.
-¡Ricardo! ¡¿Anunciarás tu compromiso oficial con Mariana Roch?! – comenzó uno.
-Eso no sucederá, ni ahora, ni nunca, ya todo mundo sabe, que nuestra relación ha terminado... - respondió Richie sin cambiar el gesto, mientras subía las escalinatas de la mansión.
-¿Por qué se produjo la ruptura?
-No había amor, y ahora que lo pienso, creo que nunca lo hubo. (“¡Acabo de ver al amor de mi vida, ¡imbécil!”) - concluyó el joven y codiciado heredero, al ingresar a la sala. Allí, un paso detrás de su padre, se dispuso a saludar a los Suárez.
-¡Es un placer conocerlo!... Le presento a mi ahijada, Clarisa Suárez Ripoll.
-Encantado. ¡No sabía que tenía usted una sobrina tan guapa...! (“Manos suaves como la seda. ¡y un escote, ¡como para perder la razón!!”) - dijo, luego de besar la mano de la joven.
-(“¡Oh, Dios!... ¡creo que me voy a desmayar, si continúa mirándome así!”) - pensó Clarisa, con el corazón a punto de estallarle dentro del pecho ante la visión del hombre de sus sueños inclinándose para saludarla, como lo haría el hijo de un rey. Luego de saludar al resto de los comensales, se dirigió al comedor principal, donde la cena se desarrolló con cierta monotonía. Clarisa se veía muy poco interesada en los temas de la conversación, era evidente que la trataban como a una niñita, de modo que a nadie asombró que sin dar explicaciones, se levantara de la mesa, y se quedara de pie, viendo el cercano mar, desde uno de los balcones. El que sí se extrañó, fue Ricardo. Sus bellos ojos, con frecuencia se distraían, para deleitarse contemplando el juvenil rostro y la armónica figura de la joven. Su padre lo notó de inmediato.
-(“Parece que este hijo mío va a consolarse muy rápido...”) - pensaba, terminando de tornar su Café - Ricardo.
-¿Padre?
-¿Por qué no vas con la sobrina del señor Suárez? ¡Se ve tan sola en ese balcón!... Entre tanta gente, debe sentirse incómoda, hasta da la impresión de que todo mundo la ha dejado de lado. Esa chica necesita de la compañía de gente de su edad, ¿no te parece?
-Es buena idea. Con tu permiso. (“¡Mi cuerpo no obedece a mi cerebro!... Si alguien no me detiene, podría hacerla mía en su propia playa...”) - Richie se puso de pie, y discretamente, siguió a Clarisa hasta el balcón. Ella estaba apoyada sobre la baranda, sumida en sus pensamientos.
-(“Hasta ahora, todo sale bien... Ricardo, ¡se ha fijado en mí!... Le resulta difícil disimularlo... ¡Pero yo, ¿qué haré?!... Creí que saliendo con Javier, olvidaría esta locura, incluso pensé en aceptar hacer el amor con él, ¡pero no!... Apenas vi a Richie, el mundo exterior se esfumó... ¡hasta de Pamela me olvidé!... ¡Cuando me besó la mano, estuve a punto de perder el control!... ¡Dios!... ¡Necesito abrazarlo!... ¡Oír los latidos de su corazón, uno a uno!”) - lentamente se quitó la chaqueta, en el mismo instante en el que Ricardo la estaba observando.
-(“¡Santo Cielo!... ¡Creo que me la voy a comer viva!... ¡Hhhh!... ¡¿Qué no daría yo, por tenerla entre mis brazos?!”) ¿Clarisa? - llamó tímidamente.
-¡¿Señor Sotomayor?! - respondió ella, sorprendida.
-Te has quedado sola...
-No quise convertirme en piedra, ni mucho menos, quedarme dormida.
-Optaste por un poco de aire fresco.
-Exacto.
-¿Tus padres?
-En el Caribe, festejando su Aniversario de Bodas.
-¿Estás viviendo con tu tío?
-No. Me he quedado en casa. Hay mucho trabajo por hacer, y mi padre no es muy amigo de la informática.
-(“¿Sola en casa? ¡Genial!”) ¿Siendo gerente general de IBM España?
-Como reza el refrán: «En casa de herrero, cuchillos de palo»... El mar está delicioso, ¿me acompaña?
-¡Por supuesto! (“¿Vamos a la luna?”) - por una escalerilla junto al balcón, bajaron a la playa.
-Conozco este lugar, como la palma de mi mano. - dijo ella descalzándose.
-¡Es bellísimo! (“¡Bah, tú le ganas!”)
-Por eso quise que esta casa se construyera aquí.
-¿Capricho de «niña rica»?
-«Practicidad de familia adinerada»: mi padrino, el día de mi Bautizo, como regalo, abrió una cuenta corriente en Mónaco, en la que mensualmente, ordenó a su empresa depositar una fuerte suma en efectivo, oro y joyas; al día de hoy, es una gran fortuna, pero no puedo disponer de ella, hasta que cumpla veintiún años.
-¿En cuanto a la casa?
-Mi padre, no quiso darme una fiesta debutante. Pero de todos modos, dijo que me regalaría lo que yo quisiera, aunque fuese a costarle la mitad de todas sus empresas, entonces le pedí una casa en la playa... La diseñé con ayuda de mi amiga Pamela.
-¡Cuando tu padre hace regalos, no repara en gastos!
-¡Eso es evidente!
-¿Estudias?
-De momento, ninguna carrera que a mi familia le resulte importante. Mi madre sueña con verme convertida en médico, abogado, arquitecto... pero ninguna de esas profesiones me gusta.
-Pero la informática, sí es tu fuerte.
-Cierto. Mi primer juguete fue un ordenador. Toda mi vida manejé computadores, incluso, ayudé a diseñar programas y nuevos modelos de hardware para la empresa.
-¿Practicas algún deporte?
-Soy experta en Artes marciales, algo muy útil, cuando se necesita descargar tensiones. También me gusta el patinaje sobre hielo, cuento con una pista propia.
-¡Qué bien! ¿Navegas?
-A veces. Especialmente, si mis padres están de viaje. Pamela suele acompañarme, a ellos no les gusta mucho que me arriesgue. ¡Adoro la velocidad!
-¿Usas las naves de tu tío?
-El año pasado, en Miami, compré un superboat.
-¡Ahora entiendo por qué tus padres te regañan!
-No soy una persona imprudente, aunque lo parezca.
-Eres una niña aún...
-¡Tonterías, tengo dieciocho años!
-¡En verdad, no los aparentas!
-Todo mundo me dice lo mismo.
-¿Qué tal si regresamos? Tu tío debe estar buscándole.
-No lo creo. A estas horas lo más probable es que esté ebrio como un tonel...
-No sabía que fuera alcohólico.
-En realidad, no lo es, sólo se pone así una vez al año, en el aniversario de la muerte de mi primo...
-¡Oh!
-Era un bebé de seis meses, cuando una bala, que era para mi tío, le pegó en la cabeza...
-¡No me gustaría estar en sus zapatos en este momento!
-Lo peor, es que se siente culpable, y por eso se embriaga. - respondió Clarisa, sentada sobre una roca, en la que se calzó los zapatos - Es algo que por más que quise, no he podido remediar...
-¿Pasarás la noche aquí?
-Sí, claro.
-Me gustaría conocerte un poco más... Eres una persona muy agradable...
-Gracias.
-¿Tienes... novio?
-(“¡Oh, oh, ¿qué voy a decir ahora?!”) ¡Hmmm! No se puede decir que sea novio, pero sí estoy saliendo con un muchacho, desde hace algunos meses...
-(“¡Espero que sepa, que se lleva una joya!”) ¿Es celoso?
-¡Peor que Otelo!
-¡En ese caso, es mejor no meterse con él!
-¡Sería como querer suicidarse!
-¿Por qué no ha venido?
-Por una razón muy simple: ¡mi familia no puede verlo ni en un retrato!
-Va a ser una relación complicada...
-No lo dudo.
-¿De verdad estás enamorada de él?
-¡Hhhh! ¡Temí que hiciera esa pregunta! La verdad, es que no sé cuál es la respuesta... Lo conocí a los pocos días de regresar a España. Me pareció una persona fuera de lo común... Había salido de compras con Pamela, y lo vi en una galería de arte, nos detuvimos a mirar un escaparate, a los cinco minutos, sin decir nada, apareció un camarero de un bar cercano con un retrato a lápiz, firmado por el artista, con su número de celular.
-(“¡Astuto y nada bruto!”) ¿De ti?
-Exacto. Me lo obsequió.
-Allí empezó todo. (“Los artistas suelen no perder tiempo.”)
-Casi todo.
-¿Por qué «casi todo»?
-Por que aún no pienso «darle todo».
-¿Lo merece?
-De momento, no.
-¿Vas a esperar a casarte?
-Pienso que es demasiado pronto para hablar al respecto. Tuve una educación muy estricta, católica, que me ha servido muchísimo a la hora de tomar decisiones importantes, él, en cambio, se declara absolutamente «ateo»... Adora su «libertad», no quiere «atarse» a nadie.
-(“¡Dulce!... ¡Es una muñequita de cristal!”) Pretende mucho más de lo que te permites darle...
-Algo así.
-No le ves buen futuro a tu noviazgo, ¿verdad?
-No sabría decirlo. Todo esto trato de tomarlo con mucho cuidado, un error podría arruinarme la vida. De cualquier modo, es muy reciente, y yo soy muy joven.
-Si te ama, puede esperar.
-El asunto es que quiera esperar. – concluyó Clarisa, mientras regresaban al comedor. A los pocos minutos, se puso fin a la velada.
-¿Volveremos a vernos? - preguntó Ricardo, antes de despedirse.
-¡Ya lo creo! No será esta, la última reunión a la que deba asistir, mientras dure la ausencia de mis padres.
-En ese caso, ¡será hasta pronto! - le besó la mano, y la miró profundamente a los ojos.
-(“¡Ya casi no lo resisto!”) ¡Hasta pronto! - la niña se quedó de pie, cerca de la entrada de la casa, mientras el señor Sotomayor y su hijo se marchaban - (“Tengo la sensación de que nada será igual, después de esta noche... Ahora sé que no amo a Javier, y no podré hacerlo nunca... Pero, ¿cómo decírselo, sin lastimarlo?... ¡Hhhhh!... ¡Richie!... Hasta hoy, me parecía imposible... De momento, es sólo «difícil»... ¡En fin!... Mejor será que me vaya a dormir...”) - corrió escaleras arriba, hacia la suite sin estrenar, que ella misma había diseñado -(“¡Perfecta, simplemente, perfecta!... ¡Si la viera Pam!... Su buen gusto es notable... No falta un sólo detalle en la decoración... Bien... Todo está listo para dentro de unas horas... mañana... mañana, seré ministro Extraordinario de la Eucaristía... a pesar de la oposición de mis padres... veamos... la hermana Catalina me espera a las 08:30hs., para el ensayo con el coro, en cualquier caso, Pam llegará antes que yo, vive más cerca... a las 10:00hs... comienza la Misa con el Obispo... luego, el almuerzo con mis compañeros... Por la tarde, tengo que visitar a Tomy... de allí, al convento y al orfanato... Me espera una larga confesión con el Padre Fernando...”) - pensó, mientras se cambiaba - (“¡Estoy tan feliz!... Como mi padre confía en mí, no suele preguntarme a dónde voy, ni de dónde vengo... Nunca lo sabrá... Pero aún no logro entender, qué son esos dolores menstruales, se detienen cada vez que me toco la cruz... lo más intrigante, es que se agudizan sólo cada vez que el chofer de tío Zacky se me acerca... Todo esto es sumamente extraño, ¡no hay duda!”) - se acostó y se quedó dormida, en la mitad de sus plegarias.

Comentarios

Entradas populares