Libro 2 - Al Pie del Tabernáculo
22 - ÚLTIMA CITA
-¡Dulce, por fin! ¡¿Qué te demoró tanto?! – preguntó Javier, abrazándola.
-Una pequeñita compra de último momento. ¿Entramos?
-¡Claro!
-(“¡No sé cómo voy a decírselo!... ¡Hhhh!... ¡Ya lo tengo!... La solución a mi problema está casi a la vista...”) - pensó, mientras subía las escaleras.
-¿Sucede algo, linda?
-Sí, Javi, tengo que decirte una cosa.
-¡¿Quién estuvo contándote tonterías?!
-Nadie. ¡¿Es que te das por aludido, antes de que diga nada?!
-Alguien dijo algo, y tú lo sabes... Linda, te lo aclaro... Nunca sentí nada, ni remotamente parecido a esto, ¡no lo arruinaría por nada del mundo!
-Javi... Ya lo has arruinado...
-¿Qué quieres decir?
-Eso... Que ya lo has arruinado, por completo... En ningún momento creí esa farsa de que estabas pintando y por eso no atendías el teléfono.
-¿De qué hablas? No hay nadie más que tú y yo...
-Javier... ¡Mírate!... Hueles a otro perfume, que no es el mío... Y bajo tu camisa, se ven marcas en tu piel, que delatan una pasión, que sabes que no es la mía... ¡No quiero volver a verte, Javier! ¡¡Nunca más!!
-¡Clarisa!
-¡¡Es mi última palabra!! - la joven corrió al tocador, en donde abrió su celular, para llamar a su nueva pareja - ¿Richie?
-¡Amor!
-¡Ya está hecho, ¡soy totalmente libre!!
-¡¡Excelente!!
-Pero tengo una sospecha terrible, que no he querido decírtela hasta no estar completamente segura.
-¿Cuál?
-Pam. Creo que está con él... Tal vez lo esté vampirizando.
-(“¡Otra vez con eso!”) ¡Hmmm! ¡Ese es un grave problema! ¿Tienes alguna idea?
-No. Por el momento, ninguna. Pero creo que esta noche cometerá algún error que nos beneficie.
-¡Esperemos que así sea!
-Bien, estaré en el salón que da al mar.
-Te buscaré allí.
-Perfecto, hasta luego. - Clarisa, con los cinco sentidos alerta, se dirigió al lugar indicado. Casi de inmediato, notó que Javier la observaba. - (“¡Espero que no comience a equivocarse tan temprano!... Vamos a ver... Todo parece muy tranquilo... Entre la gente, nada fuera de lo normal... ¡Oh, vaya! ¡Menos mal que no hablé en voz alta!... ¡Y qué mal gusto para la ropa!... me acercaré con calma, no deben sospechar... Eso es...”) ¡Oye!
-«¿Me hablaste?» - se sorprendió la vampiresa.
-Sí, te hablé... No es este el lugar más adecuado para ti... - lentamente, extrajo la cruz de oro.
-«¡¿Crees que un pedazo de metal y una imagen, van a asustarme?!»
-No, sólo es una advertencia, para que salgas de aquí, sin que nadie resulte lastimado...
-«¡Estás loca! ¡No permitiré que una niña tonta, con ganas de ser heroína, interrumpa una noche de matanza!»
-¡¿Así que de eso se trata?! ¡Bien, ¡tú lo has querido!! - desprendió los botones de su tapado, dejando al descubierto la Teca. La vampiresa se desvaneció en el aire, en forma inmediata - (“Al parecer, el poder aumenta en la medida en que es utilizado... ¡Richie acaba de llegar!... Bien, me daré prisa con esto, no tengo intenciones de hacerlo esperar demasiado...”) - serenamente, recorrió la discoteca, exhibiendo su arma a cuanto vampiro detectara en su camino, hasta llegar al lugar de su cita con el campeón de motonáutica.
-¡Luces fantástica en tu papel de mujer fatal! - le susurró él al oído.
-¡Gracias!
-¿Todo va bien?
-Salvo porque Javier está siguiéndome...
-Ya veo.
-Pero es bueno no perderlo de vista...
-¿Vampiros?
-Unos doscientos cincuenta fuera de combate, en menos de diez minutos. -¡¿Tu récord personal?! (“¡Necesitas ver a un médico!”)
-Creo que sí. Los están enviando en forma desesperada.
-Te tienen miedo.
-No lo creo.
-¿Ya te identificaron?
-Sólo por mi rostro.
-Aún no saben tu nombre.
-Y espero que sigan ignorándolo...
-Por eso vigilas a Javier.
-Exacto. La única que lo sabe es Pam, lo cual no deja de extrañarme. Me llama «la Cazadora».
-Tal vez intenta protegerte inconscientemente. (“¡Psicología!”)
-Podría ser…Pero, ahora vamos a divertirnos, ¡que a eso vinimos!
-De acuerdo. (“Es muy raro que me haga esa clase de preguntas, nunca le di detalles de mis supuestos puntos débiles para el combate... las cosas se complican otra vez...”) - la pareja se dirigió a la pista de baile.
Unas horas después, Javier se marchó.
-¡Hay que seguirlo!
-¡Como gustes! (“¡Aquí vamos otra vez!”) - el muchacho y la Cazadora fueron tras Javier, hasta su departamento.
-Espera aquí... No quiero que te arriesgues, no sé con qué me encontraré al llegar...
-¡Cuídate!
-¡Ni lo menciones! - caminó hacia el edificio y oprimió el botón del portero eléctrico. Sus sospechas estaban a un paso de confirmarse - (“¡Está descolgado!... ¡Oh, no!... Gemidos y suspiros...”) - desalentada y sorprendida, se sentó en el hall. Richie bajó del coche, y fue a ver si ella se sentía mal.
-¿Estás bien?
-Yo sí. Javier es hombre muerto.
-Subiré.
-No te molestes... - Richie no la escuchó.
-(“Debo averiguar qué está sucediendo... No la he visto rendirse así por nada... iré por las escaleras... Se oyen ruidos extraños... La puerta quedó entreabierta... ¡Santo Dios!... ¡Qué espectáculo deprimente!... En la cama con dos mujeres... No me sorprende, hace años que lo conozco, bien podría esperar algo así de él... Será mejor que regrese con Clarisa...”) - bajó nuevamente - ¿Clarisa?
-¡Richie!
-¡Ven acá!... - la abrazó - Vámonos de aquí...
-¡O. K.!... Tendré que reforzar mis entrenamientos... Pam era una de las chicas que estaba con él.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque estaba enamorada de Javier... De ahí que ahora, me odie tanto.
-¿Crees que por eso es vampiresa? (“¡Aquí está la punta del ovillo! No me gusta este doble juego...”)
-Es poco probable, su proceso debió comenzar antes de que yo descubriera mis poderes de Cazadora. Una cosa es segura, le lavaron el cerebro...
-Ten calma... Hallaremos la solución... sube... ¿quieres ir a casa?
-No... mejor vayamos a la playa... Casi amanece...
-El sol se verá magnífico...
-Sólo me consuela el haber hecho un buen trabajo anoche...
-¿Qué tal si la enfrentas abiertamente? (“¡Ya deja de mentir!”)
-No tengo modo de encontrarla... Seguiré cazando vampiros, hasta que aparezca el supremo... mientras tanto, entrenaré, y tal vez haga un retiro en el convento franciscano...
-Voy a extrañarte...
-No hace falta que lo digas... ¡Hhhh!... El paisaje me trae muchos recuerdos bonitos...
-¿Pamela?
-Sí... Aquí nos inspirábamos para componer... pasábamos horas creando melodías y armonizando... No entiendo qué fue lo que la debilitó así...
-Tal vez sea por eso de que muchos son llamados y pocos resultan elegidos...
-Tal vez...
-¿Desayunamos?
-¡Buena idea! – se levantaron de la arena y juntos se encaminaron al restaurante favorito de Richie.
-¡Dulce, por fin! ¡¿Qué te demoró tanto?! – preguntó Javier, abrazándola.
-Una pequeñita compra de último momento. ¿Entramos?
-¡Claro!
-(“¡No sé cómo voy a decírselo!... ¡Hhhh!... ¡Ya lo tengo!... La solución a mi problema está casi a la vista...”) - pensó, mientras subía las escaleras.
-¿Sucede algo, linda?
-Sí, Javi, tengo que decirte una cosa.
-¡¿Quién estuvo contándote tonterías?!
-Nadie. ¡¿Es que te das por aludido, antes de que diga nada?!
-Alguien dijo algo, y tú lo sabes... Linda, te lo aclaro... Nunca sentí nada, ni remotamente parecido a esto, ¡no lo arruinaría por nada del mundo!
-Javi... Ya lo has arruinado...
-¿Qué quieres decir?
-Eso... Que ya lo has arruinado, por completo... En ningún momento creí esa farsa de que estabas pintando y por eso no atendías el teléfono.
-¿De qué hablas? No hay nadie más que tú y yo...
-Javier... ¡Mírate!... Hueles a otro perfume, que no es el mío... Y bajo tu camisa, se ven marcas en tu piel, que delatan una pasión, que sabes que no es la mía... ¡No quiero volver a verte, Javier! ¡¡Nunca más!!
-¡Clarisa!
-¡¡Es mi última palabra!! - la joven corrió al tocador, en donde abrió su celular, para llamar a su nueva pareja - ¿Richie?
-¡Amor!
-¡Ya está hecho, ¡soy totalmente libre!!
-¡¡Excelente!!
-Pero tengo una sospecha terrible, que no he querido decírtela hasta no estar completamente segura.
-¿Cuál?
-Pam. Creo que está con él... Tal vez lo esté vampirizando.
-(“¡Otra vez con eso!”) ¡Hmmm! ¡Ese es un grave problema! ¿Tienes alguna idea?
-No. Por el momento, ninguna. Pero creo que esta noche cometerá algún error que nos beneficie.
-¡Esperemos que así sea!
-Bien, estaré en el salón que da al mar.
-Te buscaré allí.
-Perfecto, hasta luego. - Clarisa, con los cinco sentidos alerta, se dirigió al lugar indicado. Casi de inmediato, notó que Javier la observaba. - (“¡Espero que no comience a equivocarse tan temprano!... Vamos a ver... Todo parece muy tranquilo... Entre la gente, nada fuera de lo normal... ¡Oh, vaya! ¡Menos mal que no hablé en voz alta!... ¡Y qué mal gusto para la ropa!... me acercaré con calma, no deben sospechar... Eso es...”) ¡Oye!
-«¿Me hablaste?» - se sorprendió la vampiresa.
-Sí, te hablé... No es este el lugar más adecuado para ti... - lentamente, extrajo la cruz de oro.
-«¡¿Crees que un pedazo de metal y una imagen, van a asustarme?!»
-No, sólo es una advertencia, para que salgas de aquí, sin que nadie resulte lastimado...
-«¡Estás loca! ¡No permitiré que una niña tonta, con ganas de ser heroína, interrumpa una noche de matanza!»
-¡¿Así que de eso se trata?! ¡Bien, ¡tú lo has querido!! - desprendió los botones de su tapado, dejando al descubierto la Teca. La vampiresa se desvaneció en el aire, en forma inmediata - (“Al parecer, el poder aumenta en la medida en que es utilizado... ¡Richie acaba de llegar!... Bien, me daré prisa con esto, no tengo intenciones de hacerlo esperar demasiado...”) - serenamente, recorrió la discoteca, exhibiendo su arma a cuanto vampiro detectara en su camino, hasta llegar al lugar de su cita con el campeón de motonáutica.
-¡Luces fantástica en tu papel de mujer fatal! - le susurró él al oído.
-¡Gracias!
-¿Todo va bien?
-Salvo porque Javier está siguiéndome...
-Ya veo.
-Pero es bueno no perderlo de vista...
-¿Vampiros?
-Unos doscientos cincuenta fuera de combate, en menos de diez minutos. -¡¿Tu récord personal?! (“¡Necesitas ver a un médico!”)
-Creo que sí. Los están enviando en forma desesperada.
-Te tienen miedo.
-No lo creo.
-¿Ya te identificaron?
-Sólo por mi rostro.
-Aún no saben tu nombre.
-Y espero que sigan ignorándolo...
-Por eso vigilas a Javier.
-Exacto. La única que lo sabe es Pam, lo cual no deja de extrañarme. Me llama «la Cazadora».
-Tal vez intenta protegerte inconscientemente. (“¡Psicología!”)
-Podría ser…Pero, ahora vamos a divertirnos, ¡que a eso vinimos!
-De acuerdo. (“Es muy raro que me haga esa clase de preguntas, nunca le di detalles de mis supuestos puntos débiles para el combate... las cosas se complican otra vez...”) - la pareja se dirigió a la pista de baile.
Unas horas después, Javier se marchó.
-¡Hay que seguirlo!
-¡Como gustes! (“¡Aquí vamos otra vez!”) - el muchacho y la Cazadora fueron tras Javier, hasta su departamento.
-Espera aquí... No quiero que te arriesgues, no sé con qué me encontraré al llegar...
-¡Cuídate!
-¡Ni lo menciones! - caminó hacia el edificio y oprimió el botón del portero eléctrico. Sus sospechas estaban a un paso de confirmarse - (“¡Está descolgado!... ¡Oh, no!... Gemidos y suspiros...”) - desalentada y sorprendida, se sentó en el hall. Richie bajó del coche, y fue a ver si ella se sentía mal.
-¿Estás bien?
-Yo sí. Javier es hombre muerto.
-Subiré.
-No te molestes... - Richie no la escuchó.
-(“Debo averiguar qué está sucediendo... No la he visto rendirse así por nada... iré por las escaleras... Se oyen ruidos extraños... La puerta quedó entreabierta... ¡Santo Dios!... ¡Qué espectáculo deprimente!... En la cama con dos mujeres... No me sorprende, hace años que lo conozco, bien podría esperar algo así de él... Será mejor que regrese con Clarisa...”) - bajó nuevamente - ¿Clarisa?
-¡Richie!
-¡Ven acá!... - la abrazó - Vámonos de aquí...
-¡O. K.!... Tendré que reforzar mis entrenamientos... Pam era una de las chicas que estaba con él.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque estaba enamorada de Javier... De ahí que ahora, me odie tanto.
-¿Crees que por eso es vampiresa? (“¡Aquí está la punta del ovillo! No me gusta este doble juego...”)
-Es poco probable, su proceso debió comenzar antes de que yo descubriera mis poderes de Cazadora. Una cosa es segura, le lavaron el cerebro...
-Ten calma... Hallaremos la solución... sube... ¿quieres ir a casa?
-No... mejor vayamos a la playa... Casi amanece...
-El sol se verá magnífico...
-Sólo me consuela el haber hecho un buen trabajo anoche...
-¿Qué tal si la enfrentas abiertamente? (“¡Ya deja de mentir!”)
-No tengo modo de encontrarla... Seguiré cazando vampiros, hasta que aparezca el supremo... mientras tanto, entrenaré, y tal vez haga un retiro en el convento franciscano...
-Voy a extrañarte...
-No hace falta que lo digas... ¡Hhhh!... El paisaje me trae muchos recuerdos bonitos...
-¿Pamela?
-Sí... Aquí nos inspirábamos para componer... pasábamos horas creando melodías y armonizando... No entiendo qué fue lo que la debilitó así...
-Tal vez sea por eso de que muchos son llamados y pocos resultan elegidos...
-Tal vez...
-¿Desayunamos?
-¡Buena idea! – se levantaron de la arena y juntos se encaminaron al restaurante favorito de Richie.
Comentarios
Publicar un comentario