Libro 2 - Al Pie del Tabernáculo
21 - AVENTURAS
-Muchas, gracias por alcanzarme hasta la ciudad, Fray Fernando.
-¡Fue un placer! - Clarisa se despidió del fraile, y acompañada de Rosario, ingresó al palacete del centro de la ciudad. Subió a su cuarto en el edificio contiguo.
-(“¡Hhhh!... Los arreglos van bien... ¡Qué interesante!... Hace tiempo que no me asomo a la ventana... Siempre fue un buen espectáculo... ¡Richie!... ¡Vaya músculos!... ¡Hmmmm!... ¡Oh, oh!... Fotógrafos... ¡Será mejor avisarle!”) - tomó el celular - ¿Richie?
-¡Mi reina, ¡qué sorpresa!!
-Lo supuse... estoy en la ciudad... puedo verte desde la ventana de mi cuarto...
-¡Qué, bien!
-Lo único que lamento es no tener la exclusividad...
-¡Oh, oh!
-Lo mismo digo.
-¿Alguna idea?
-Ninguna... ¿Por qué no te asomas y los saludas? Al menos, así se irán satisfechos...
-Me parece que será lo mejor.
-Bueno, entonces, me alejaré de mi balcón, todavía no me ven.
-¡Te estaré esperando esta noche, ¡te amo!!
-¡Yo también, adiós!... ¡Hhhh! (“Bien, yo vine a recoger unos informes y a conectar las alarmas nuevas, así que, ¡eso es lo que haré!...”) - pensó la joven, luego de cerrar su celular. Pacientemente, trabajó con los diminutos electrodos y otros complicados dispositivos, durante más de tres horas. - (“Ahora, ¡que alguien intente profanar el Santísimo!... ¡Dios mío, la hora que es!... ¡Regresaré a Santa Clara de Asís, para prepararme!... Me daré un buen baño de inmersión... Rosario ya subió al coche... ¡O. K.!...”) Ajusta tu cinturón de seguridad, Rosario, ¡tenemos poco tiempo!
-¡Conduzca con cuidado, mi niña!
-¡Siempre lo hago! - Clarisa aceleró a fondo, y en cuestión de breves minutos, las dos llegaron a la mansión - (“No reparé en que no tengo forma de llevar la Teca sin separarme de ella... Tendré que solucionar eso... ¡vamos, piensa Clarisa, piensa!... La hebilla del cinturón... podría... ¡Sí!... Es lo suficientemente grande... ¡Eso es!... De este modo, podré ocultarla bajo el tapado y sorprenderlos... ¡Genial!... Bien... abrimos el grifo... ¡Agua calentita!... el bikini, por aquí... el catsuit... ¡Perfecto!... ¡Hhh!... Será duro enfrentar a Javier... Pero es una decisión que ya está tomada... Después de esta noche, a Pam no le quedarán muchas oportunidades para poder vencerme...”) - las horas comenzaron a pasar con rapidez. Clarisa, ya vestida y arreglada, se dirigió al estudio de su padre. Golpeó la puerta.
-¡Adelante!
-¿Papá?
-¡Clarisita!
-Saldré a... ¡Cazar vampiros!
-¿Estás segura? ¿Tu golpe no será un impedimento?
-¡Espero que no!
-¡Estás guapísima! ¿Quién te regaló esos pendientes?
-Melissa Sotomayor.
-Tiene buen gusto, ¡igual que su hermano!
-¿Por qué?
-¡A él también le gustan los brillantes!
-¡Gracias por el cumplido!
-¡Cuídate!
-¡Eso haré! - Clarisa salió por el balcón del estudio - (“Por aquí es más difícil ser sorprendida, y es la zona con más rosales de la bahía... ¡O. K.!... Parece que el supremo decidió enviar a la siguiente categoría... centinelas… vienen bastante debilitados... ¡En fin!... Conviene que los elimine de camino a Rainbow, así el resto de la gente correrá mucho menos riesgo.”) - extrajo la Teca - (“Tres... dos... uno... ¡Fuera vampiros!”) ¡Buenas noches!... ¡Ni se te ocurra! ... ¡Bye, bye!... ¡Qué divertido!... ¡Dos menos!... ¡Ve con tu mami!... ¡já, já!... ¡Adiós!... ¡Eso fue todo!... Sigamos caminando... Las 22:00hs... Todo tranquilo... (“¡Hmmm!... Estoy despeinada... con una cuantas cepilladas, bastará... Supongo que tendré tiempo para descansar... ¡Espejito, espejito, ¿dónde estás amorcito?!... ¡Aquí! ... ¡No está Mal!... ¡oh, vaya, en dos minutos, me volveré a desarreglar, vean eso!... ¡Ladrones!... Otra vez... Bien, vamos a ver los resultados de mi primer entrenamiento en el nuevo gimnasio.”) - guardó el espejo, y se preparó para enfrentar a cuatro muchachos, armados hasta los dientes.
-¡No te muevas, muñeca! ¡Sólo entréganos todo lo que tengas, y no te lastimaremos, lo prometo! - dijo uno de ellos, de pie a su derecha.
-(“Analicemos la situación... tengo uno a cada lado, y dos que cargan armas... será sencillo y sin dolor.”) ¿Están seguros? - dijo, al mismo tiempo, en que les hundía los codos en los esternones, para luego aplicar puñetazos en sendas narices y entrepiernas - ¡Se los dije! ¡¿Qué?! ¡¿Van a disparar?!... ¡¡Sorpresa!! - una contundente doble patada frontal hizo volar las armas de los atacantes - ¿Algo más? ¡Porque no es todo lo que tengo, claro! ¡También soy muy buena con mi pierna derecha!... ¡Y girando!... ¡Un salto!... ¡Vayan a casa a dormir! - los cuatro, muy golpeados, salieron a la carrera - ¡liberación femenina, que la llaman!... Sirenas... Como siempre, la ley llega tarde... - suspiró al ver el móvil policial.
-¡Identifíquese!
-¡¿Cómo no?! - el agente parecía dispuesto a arrestarla de inmediato - Soy Clarisa Suárez Ripoll.
-¡Y yo soy el Príncipe de Asturias! ¡Su identificación, señorita!
-¡Aquí tiene! - la mandíbula del Guardia Civil, por muy poco, no llegó al piso.
–¡Hhhh!... ¡M-mil disculpas, señorita Suárez!
-Son suyas. No me gusta mucho viajar en limousine todo el tiempo. - el policía volvió a su patrulla, y se instaló frente a la discoteca.
-Las 23:05hs... (“Casi una hora para aburrirme sin remedio… Veamos... Nada a varios metros a la redonda... Una casa de música, abierta... ¡Y los mismos ladrones se preparan para asaltarla!... ¡Se me ocurre una idea!”) - cediendo a un impulso, la joven cruzó la calle, para ingresar a la tienda - (“¡HMM!... ¡Qué hermosa guitarra!”) Buenas noches.
-Buenas noches.
-¿Podría probar algunos instrumentos?
-Por supuesto. ¿Busca algo en particular?
-De todo un poco. Trabajo con músicos de una iglesia, y la verdad es que necesitan renovarse... (“No me vieron entrar, ¡será otra sorpresa!”) Ese teclado... - se acercó al instrumento, y lo encendió - Suena bien...
-Es la mejor que tenemos.
-¡Se nota!
-Aquí hay varios modelos de guitarras eléctricas.
-Eso estaba observando... ¡wow!... Ese bajo también me gusta... ¡Qué consola más perfecta! ¡Servirá para nuestro festival! ¿Tiene micrófonos inalámbricos?
-¡Desde luego! Están por aquí... ¡Oh, no!
-¿Qué sucede?
-¡Acaban de entrar ladrones!
-Déjemelos a mí... - Clarisa saltó por encima de unos amplificadores y enfrentó a los bandidos - ¡Oigan, oigan, oigan! ¡¿Qué no puede una hacer sus compras en paz?! ¡Ya estuvo bien! ¡Además, sus feas caras están arruinando la estética del lugar! ¡Muy bien! ¡Ustedes lo están pidiendo! - la joven comenzaba arremangarse, cuando sonó la alarma. Los maleantes intentaron huir, pero los detuvo la Guardia Civil, a pocos metros de la puerta de Rainbow.
-¡¿Cómo lo hizo?!
-Nada complicado. - respondió Clarisa - Acabo de encontrármelos en la entrada de la disco, ¡y ellos mismos comprobaron que soy experta en Artes Marciales!... A propósito, ¿trabajan horas extra?
-De vez en cuando.
-¡Excelente! Embalen todo lo que ya probé, más la batería electrónica, un juego completo de percusión, dos flautas traverseras de válvula abierta, y una docena más de micrófonos inalámbricos, más dos consolas como esa.
-¡¿E-efectivo o tarjeta?! - preguntó el dueño.
-Tarjeta... ¡Hmm! Tengo una cita, ¿me disculpan?
-Por supuesto... ¿Adónde llevamos la mercadería?
-A la Catedral, a las 08:00hs. ¡En punto!
-¡O. K.! - la niña, luego de pagar, corrió hacia la discoteca.
-Muchas, gracias por alcanzarme hasta la ciudad, Fray Fernando.
-¡Fue un placer! - Clarisa se despidió del fraile, y acompañada de Rosario, ingresó al palacete del centro de la ciudad. Subió a su cuarto en el edificio contiguo.
-(“¡Hhhh!... Los arreglos van bien... ¡Qué interesante!... Hace tiempo que no me asomo a la ventana... Siempre fue un buen espectáculo... ¡Richie!... ¡Vaya músculos!... ¡Hmmmm!... ¡Oh, oh!... Fotógrafos... ¡Será mejor avisarle!”) - tomó el celular - ¿Richie?
-¡Mi reina, ¡qué sorpresa!!
-Lo supuse... estoy en la ciudad... puedo verte desde la ventana de mi cuarto...
-¡Qué, bien!
-Lo único que lamento es no tener la exclusividad...
-¡Oh, oh!
-Lo mismo digo.
-¿Alguna idea?
-Ninguna... ¿Por qué no te asomas y los saludas? Al menos, así se irán satisfechos...
-Me parece que será lo mejor.
-Bueno, entonces, me alejaré de mi balcón, todavía no me ven.
-¡Te estaré esperando esta noche, ¡te amo!!
-¡Yo también, adiós!... ¡Hhhh! (“Bien, yo vine a recoger unos informes y a conectar las alarmas nuevas, así que, ¡eso es lo que haré!...”) - pensó la joven, luego de cerrar su celular. Pacientemente, trabajó con los diminutos electrodos y otros complicados dispositivos, durante más de tres horas. - (“Ahora, ¡que alguien intente profanar el Santísimo!... ¡Dios mío, la hora que es!... ¡Regresaré a Santa Clara de Asís, para prepararme!... Me daré un buen baño de inmersión... Rosario ya subió al coche... ¡O. K.!...”) Ajusta tu cinturón de seguridad, Rosario, ¡tenemos poco tiempo!
-¡Conduzca con cuidado, mi niña!
-¡Siempre lo hago! - Clarisa aceleró a fondo, y en cuestión de breves minutos, las dos llegaron a la mansión - (“No reparé en que no tengo forma de llevar la Teca sin separarme de ella... Tendré que solucionar eso... ¡vamos, piensa Clarisa, piensa!... La hebilla del cinturón... podría... ¡Sí!... Es lo suficientemente grande... ¡Eso es!... De este modo, podré ocultarla bajo el tapado y sorprenderlos... ¡Genial!... Bien... abrimos el grifo... ¡Agua calentita!... el bikini, por aquí... el catsuit... ¡Perfecto!... ¡Hhh!... Será duro enfrentar a Javier... Pero es una decisión que ya está tomada... Después de esta noche, a Pam no le quedarán muchas oportunidades para poder vencerme...”) - las horas comenzaron a pasar con rapidez. Clarisa, ya vestida y arreglada, se dirigió al estudio de su padre. Golpeó la puerta.
-¡Adelante!
-¿Papá?
-¡Clarisita!
-Saldré a... ¡Cazar vampiros!
-¿Estás segura? ¿Tu golpe no será un impedimento?
-¡Espero que no!
-¡Estás guapísima! ¿Quién te regaló esos pendientes?
-Melissa Sotomayor.
-Tiene buen gusto, ¡igual que su hermano!
-¿Por qué?
-¡A él también le gustan los brillantes!
-¡Gracias por el cumplido!
-¡Cuídate!
-¡Eso haré! - Clarisa salió por el balcón del estudio - (“Por aquí es más difícil ser sorprendida, y es la zona con más rosales de la bahía... ¡O. K.!... Parece que el supremo decidió enviar a la siguiente categoría... centinelas… vienen bastante debilitados... ¡En fin!... Conviene que los elimine de camino a Rainbow, así el resto de la gente correrá mucho menos riesgo.”) - extrajo la Teca - (“Tres... dos... uno... ¡Fuera vampiros!”) ¡Buenas noches!... ¡Ni se te ocurra! ... ¡Bye, bye!... ¡Qué divertido!... ¡Dos menos!... ¡Ve con tu mami!... ¡já, já!... ¡Adiós!... ¡Eso fue todo!... Sigamos caminando... Las 22:00hs... Todo tranquilo... (“¡Hmmm!... Estoy despeinada... con una cuantas cepilladas, bastará... Supongo que tendré tiempo para descansar... ¡Espejito, espejito, ¿dónde estás amorcito?!... ¡Aquí! ... ¡No está Mal!... ¡oh, vaya, en dos minutos, me volveré a desarreglar, vean eso!... ¡Ladrones!... Otra vez... Bien, vamos a ver los resultados de mi primer entrenamiento en el nuevo gimnasio.”) - guardó el espejo, y se preparó para enfrentar a cuatro muchachos, armados hasta los dientes.
-¡No te muevas, muñeca! ¡Sólo entréganos todo lo que tengas, y no te lastimaremos, lo prometo! - dijo uno de ellos, de pie a su derecha.
-(“Analicemos la situación... tengo uno a cada lado, y dos que cargan armas... será sencillo y sin dolor.”) ¿Están seguros? - dijo, al mismo tiempo, en que les hundía los codos en los esternones, para luego aplicar puñetazos en sendas narices y entrepiernas - ¡Se los dije! ¡¿Qué?! ¡¿Van a disparar?!... ¡¡Sorpresa!! - una contundente doble patada frontal hizo volar las armas de los atacantes - ¿Algo más? ¡Porque no es todo lo que tengo, claro! ¡También soy muy buena con mi pierna derecha!... ¡Y girando!... ¡Un salto!... ¡Vayan a casa a dormir! - los cuatro, muy golpeados, salieron a la carrera - ¡liberación femenina, que la llaman!... Sirenas... Como siempre, la ley llega tarde... - suspiró al ver el móvil policial.
-¡Identifíquese!
-¡¿Cómo no?! - el agente parecía dispuesto a arrestarla de inmediato - Soy Clarisa Suárez Ripoll.
-¡Y yo soy el Príncipe de Asturias! ¡Su identificación, señorita!
-¡Aquí tiene! - la mandíbula del Guardia Civil, por muy poco, no llegó al piso.
–¡Hhhh!... ¡M-mil disculpas, señorita Suárez!
-Son suyas. No me gusta mucho viajar en limousine todo el tiempo. - el policía volvió a su patrulla, y se instaló frente a la discoteca.
-Las 23:05hs... (“Casi una hora para aburrirme sin remedio… Veamos... Nada a varios metros a la redonda... Una casa de música, abierta... ¡Y los mismos ladrones se preparan para asaltarla!... ¡Se me ocurre una idea!”) - cediendo a un impulso, la joven cruzó la calle, para ingresar a la tienda - (“¡HMM!... ¡Qué hermosa guitarra!”) Buenas noches.
-Buenas noches.
-¿Podría probar algunos instrumentos?
-Por supuesto. ¿Busca algo en particular?
-De todo un poco. Trabajo con músicos de una iglesia, y la verdad es que necesitan renovarse... (“No me vieron entrar, ¡será otra sorpresa!”) Ese teclado... - se acercó al instrumento, y lo encendió - Suena bien...
-Es la mejor que tenemos.
-¡Se nota!
-Aquí hay varios modelos de guitarras eléctricas.
-Eso estaba observando... ¡wow!... Ese bajo también me gusta... ¡Qué consola más perfecta! ¡Servirá para nuestro festival! ¿Tiene micrófonos inalámbricos?
-¡Desde luego! Están por aquí... ¡Oh, no!
-¿Qué sucede?
-¡Acaban de entrar ladrones!
-Déjemelos a mí... - Clarisa saltó por encima de unos amplificadores y enfrentó a los bandidos - ¡Oigan, oigan, oigan! ¡¿Qué no puede una hacer sus compras en paz?! ¡Ya estuvo bien! ¡Además, sus feas caras están arruinando la estética del lugar! ¡Muy bien! ¡Ustedes lo están pidiendo! - la joven comenzaba arremangarse, cuando sonó la alarma. Los maleantes intentaron huir, pero los detuvo la Guardia Civil, a pocos metros de la puerta de Rainbow.
-¡¿Cómo lo hizo?!
-Nada complicado. - respondió Clarisa - Acabo de encontrármelos en la entrada de la disco, ¡y ellos mismos comprobaron que soy experta en Artes Marciales!... A propósito, ¿trabajan horas extra?
-De vez en cuando.
-¡Excelente! Embalen todo lo que ya probé, más la batería electrónica, un juego completo de percusión, dos flautas traverseras de válvula abierta, y una docena más de micrófonos inalámbricos, más dos consolas como esa.
-¡¿E-efectivo o tarjeta?! - preguntó el dueño.
-Tarjeta... ¡Hmm! Tengo una cita, ¿me disculpan?
-Por supuesto... ¿Adónde llevamos la mercadería?
-A la Catedral, a las 08:00hs. ¡En punto!
-¡O. K.! - la niña, luego de pagar, corrió hacia la discoteca.
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