Libro 2 - Al Pie del Tabernáculo

13 - HONOR DE MUJER

-Vamos a ver, preciosa... ¡Hmm!... Tienes una herida bastante grande cerca de la nuca, lo lamento por tu pelo, ¡ya crecerá!... Te aplicaré un suero antitetánico y un calmante. - dijo el doctor Liú, luego de suturar.
-Bien. (“Sigo insistiendo, en que este tío no me gusta...”)
-Ahora, continuemos con la revisación, linda... (“Se me dormirá profundamente en un par de minutos... ¡y yo gozaré con una millonaria heredera, luego me casaré con ella, ¡la podré envenenar en la noche de bodas, ¡y me pienso quedar con sus dólares!!!”) - pensó el codicioso profesional - La mezcla del antibiótico y el calmante te puede marear un poco, no te asustes.
-(“¡Razón de más para sospechar!... Grabaré todo lo que suceda en ésta habitación, ya que no tuve tiempo de probar el nuevo sistema de seguridad... Hmmm... Tengo sueño en lugar de mareos...”) – semi sedada, estiró su mano bajo la almohada, y activó la grabadora de las cámaras de video. Al instante, sucumbió bajo el efecto del anestésico.
-Bien, bien, bien... ¡eres una belleza!... No tengo mucho tiempo para quitarme la ropa, sólo me bajaré los pantalones para acabar... ¡Hmmm!... ¡Estás muy bien formada, nena!... Manos delicadas, pero firmes, capaces de provocar el mejor de los orgasmos... piernas perfectas... un culo, como para parársela a todo un ejército... cintura de avispa... un par de tetas por las que se me hace agua la boca... - susurraba, mientras la tocaba, lascivo – ¿tu padre quiere pruebas de que estuviste con un hombre?... ¡las tendrá!... ¡Hmm!... ¡hmmm!... ¡qué dulzura!... ¡nunca sentí tanto placer junto! - jadeó - ¡Oh, oh! Es hora de vestirme, ¡ya va a despertar!... ¡Listo!... Le colocamos esto... y le damos esto otro, para el sabor de la boca... Bebe, eso es...
-¡Hmmm!
-Tranquila, es un calmante inocuo.
-¡Hhhh!
-Respira hondo... te haré un electrocardiograma... todo saldrá bien... ¿dormiste?
-¡Y cómo!
-Bueno, esto ya está... ¿podrías ponerte de pie? Es que sufro de la columna, no puedo estar mucho tiempo sentado.
-Sí, claro. (“¡Hay semen en las sábanas!... ¡Cerdo!... ¡En cuanto intente algo, ¡le daré la paliza de su vida!!”)
-(“¡Hmmmm! ¡Éstas son líneas!”)Respira hondo... muy bien... Ahora, acuéstate, quiero ver esas magulladuras en las piernas y brazos... Estas caídas por escaleras empinadas suelen ser muy traicioneras... Veamos... Nada... ¿te duele esto?
-No.
-¿Aquí?
-Un poco.
-Y, ¿aquí?
-No.
-Y... ¡¿esto?! - le pasó la lengua rápidamente sobre el centro del clítoris. Clarisa, a pesar del fuerte e instantáneo orgasmo, le aplicó una patada a la mandíbula del galeno.
-¡¡Fuera de aquí, maldito!! ¡¡¡Intente otra cosa, y haré sonar la alarma!!! - el médico salió, no sin antes dejar su ropa interior sobre la cama, junto a la de Clarisa, en un evidente gesto de desafío.
-(“¡¡¡Esto no va a quedarse así!!!”) - la niña buscó su indumentaria de Artes Marciales, se vistió y salió.


-Bien, señor Suárez... ¡Tiene usted una hija muy hermosa!
-Lo sé.
-Realmente, mi presencia aquí ha sido providencial. Clarisa tiene un serio golpe en la cabeza, cerca de la nuca, que pudo ser fatal.
-Quiere decir, ¿que se podría haber desnucado, al caer por las escaleras?
-Ciertamente. Ha perdido bastante sangre. Por lo demás, le extraje una muestra de orina y otra de mucosa salival, se hará el análisis de Subunidad Beta, tal como lo ordenó.
-Bien... ¡¿qué demonios sucede?! - se interrumpió bruscamente don Rodrigo, al oír una estruendosa rotura de cristalería. Los dos salieron al comedor, y se quedaron atónitos. Clarisa enfrentaba al joven médico, sin piedad, con tres patadas circulares y una inguinal, que lo dejaron semiinconsciente, en el rellano de la escalera.
-¡¡Hija!!
-Se me olvidaba... un pequeño detalle, insignificante...
-¿Cuál?
-Usted no será abuelo, al menos hasta que su hija decida casarse... Porque, además de cinta negra, su «niñita», ¡todavía es virgen!...
-¡Mi bebita!... ¡mi ángel!... ¡mi tesoro! (“¡Mis millones están a salvo!”)... Hijita, ven con tu papaíto que te debe una disculpa... - Rodrigo Suárez abrazó a su hija, y se la llevó a su despacho - ¿estás bien, muñequita?
-No del todo... el golpe todavía me duele...
-¡Mi pobrecita! ¡Todo ha sido mi culpa!
-Debiste enviarme un e-mail... Papá...
-¿Sí?
-Estoy asustada.
-¿Por qué, mi vida?
-El médico, ¿se ha ido?
-Todavía no. Lo están atendiendo.
-¡Haz que lo pongan preso!
-¡¿Cómo?!
-¡¡Creo que me violó!!
-¡¡¿¿Qué??!!
-¡Me durmió con algo!... Cuando desperté, ¡las sábanas estaban sucias, y su ropa interior, en la cama, ¡sobre la mía!!!
-¡¡¡Hijo de puta!!! ¡¡¡Lo voy a matar!!!
-Papá...
-¿Qué, tesoro?
-Déjalo, ya tiene bastante... el último golpe que le di es un castigo muy serio... en este momento, lo que importa es que se pudra en la cárcel... Tenemos pruebas más que suficientes para eso.
-¡Me pondré a trabajar en ello, ya mismo, linda! Ve a descansar. - la besó en la frente y la dejó subir a su cuarto.
-(“¡Dios!... ¡Por favor!... ¡Arregla esto, o llévame contigo!... ¡Me siento tan mal!... No sé si podré soportarlo...”) - llorando, se sentó sobre la alfombra.

-¡Ah! ¡Mi cabeza!
-¡Sotomayor! ¿Le sucede algo?
-Un... dolor de cabeza... ¡muy fuerte!
-¿Quiere que la celadora lo acompañe a la enfermería?
-¡Sí, por favor! - el docente llamó a las bedeles, que se llevaron a Ricardo, muy dolorido y mareado - (“¡Clarisa!... ¡Algo le sucedió a Clarisa!”) - alcanzó a pensar, antes de perder el conocimiento. Diez minutos después, despertaba.
-Señor Sotomayor... ¿Se encuentra bien?
-Creo que sí...
-¿Qué le ha sucedido?
-En la clase... comenzó a dolerme violentamente la cabeza... luego, en el corredor... sentí un mareo fuerte...
-Y se desmayó en brazos de una bella celadora, que todavía no se repone, no sé si del susto o la emoción, de hecho, hemos tenido que atenderla también a ella...
-Lo lamento. - sonrió forzadamente Richie. Los enfermeros lo revisaron y el médico ordenó que se le tomaran unas radiografías - (“Lo mismo le está sucediendo a Clarisa, pero hay algo más... y sé que no es nada bueno, por cierto... ¡Hmmm!... ¡Qué sueño!...”)
-Ricardo, sería mejor que alguien lo acompañe hasta su domicilio, necesitará unas cuantas horas de reposo.
-¡Ya lo creo! - Richie, lentamente, se incorporó en la camilla, se vistió y salió por los pasillos. Un celador lo escoltó hasta su casa de Madrid.
-(“¡Hhhh!... Estoy muy cansado... y excitado... no lo entiendo... no tengo fuerza en los brazos... pero la excitación sube hasta casi el orgasmo... ¡Dios! ¡¿Qué le estarán haciendo a Clarisa?!... ¡Hmm!... Necesito dormir un poco...”) - pensaba al acostarse. Una hora más tarde, sudaba y se revolvía, en medio de la más aterradora pesadilla. -¡Hhhh!... ¡No!... ¡Clarisa!... ¡No!... ¡Cerdo!... ¡No la toques!... ¡Déjala en Paz!... ¡No!... ¡Hhhh!... ¡Ella no puede defenderse!... ¡No puede!... ¡Está dormida!... ¡Basta ya!... ¡No!... ¡Maldito!... ¡Terminarás sin un solo hueso sano!... ¡No!... ¡¡Déjala!!... ¡¡¡Déjala en paz!!! – despertó repentinamente, pálido y ojeroso – ¡Dios mío!... ¡Clarisa! (“¡Tengo que saber qué le pasa!... Pero aún estoy muy débil para volar de nuevo...”)
-¡Richie! ¡¡Enciende la tele, rápido!!
-¿Qué ocurre Irina?
-¡Esa chica! ¡Tu amiga! ¡Le ocurrió algo horrible!
-¡Oh, no! (“¡Ya me lo temía!”) - el muchacho tomó el control remoto.
-«Noticia de último momento: La joven Clarisa Suárez Ripoll, hija del multimillonario empresario Rodrigo Suárez Puig, ha sufrido un intento de violación...»
-¡¡Lo mato!!
-«... la bella adolescente de dieciocho años, única heredera de una de las fortunas más grandes de Europa, se encuentra en estos momentos, reposando en casa de sus padres, en Palma de Mallorca. Según trascendidos, el hecho, ocurrió de la siguiente forma: Clarisa había tenido un accidente doméstico, en el que se golpeó fuertemente la base del cráneo...”
-¡El dolor de cabeza y el desmayo!
-«... El autor del delito, sería uno de los médicos que la atendió; la habría dormido a base de sedantes, y aprovechado la situación, más que apetecible, para abusar sexualmente de la joven, quien a raíz del horrendo episodio, ha tenido una crisis nerviosa. El violador ha sido detenido en el mismo domicilio de la víctima, gracias al circuito cerrado de TV que registró en un cruento video, detalle a detalle, lo sucedido; por supuesto, dicho material está ya en manos de la policía de Mallorca. Cabe destacar, que Clarisa Suárez Ripoll es, junto con el campeón de motonáutica y Vela Ricardo Sotomayor Carbonell, la heredera soltera más codiciada de toda Europa...»
-¡Por eso tenía sueño y estaba excitado al mismo tiempo! (“¡Luego, la pesadilla!... Al menos, hasta cuando desperté, no la había penetrado... Es bueno que ese mal nacido ya se encuentre entre rejas, de otro modo, ¡yo mismo me hubiera encargado de hacer justicia!... ¡mi pequeña!... ¡Mi niñita!... ¡No quiero imaginar cuánto estarás sufriendo!... Y lo peor, ¡es que no sabe lo que le han hecho al haber estado narcotizada!... ¡Energúmeno!... ¡Dios mío!... ¡¿Por qué no la cuidaste? ¡Sabes que es mi tesoro!! ¡¡¡Responde, si en verdad existes!!!”) - misteriosamente, en ese mismo instante, desde el rincón más alto de la biblioteca, cae una Biblia sobre la cabeza de Ricardo. Al abrirse, sus páginas dejan ver un pasaje del libro de Judith.
-(“«... Señor, Dios de mi Padre Simeón, a él le diste una espada, para castigar a aquellos extranjeros, que violaron a una virgen, ultrajándola, que desnudaron su cuerpo, para su propia vergüenza, y que profanaron su seno, para su propia deshonra. Ellos hicieron eso, aunque tú dijiste: Eso no se hace. Pero entregaste a sus jefes a la muerte, y su lecho, rojo de vergüenza, lo dejaste rojo de sangre por su engaño...»... ¡Cuánto me alegro de no haber levantado la voz!... un pétalo de rosa de Castilla, señala la cita... como si ella lo hubiese leído antes que yo... Ya me siento mejor...”)
-¡Richie, ¿lo supiste?!
-Acabo de oírlo, Irina, ¡qué horror!
-¡Pobre niña!
-¡Pobre niña, tan dulce! No merece lo que está viviendo...
-¿Irás a verla?
-Mañana, a primera hora de la mañana, si es que está en condiciones de recibirme.
-Va a ser difícil, si tuvo una crisis nerviosa, no debe querer ver a nadie, y menos a un médico.
-Seguramente.
-¿Cómo está tu dolor de cabeza?
-Casi se ha ido.
-Me alegro, ¿diste bien tu examen?
-Sí, no era gran cosa. - la joven pasó a su cuarto.


-(“Dios mío... ¡Ese lugar debió ser para Richie!... ¡ese orgasmo debí haberío gozado entre sus brazos, ¡no vivirlo de este modo!!... ¡Ya no puedo ofrecerle nada!”) - en ese instante, sonó el teléfono celular - ¿Hola?
-¡Clarisa, soy Sandra! Supe lo que te pasó, lo lamento, ¡pero tienes que saber algo!
-¡Dímelo!
-¡Es un milagro! ¡Tomy, ¡Tomy está curado!!
-¡¡Lo sabía!! ¡¡Siempre estuve segura de eso!!
-¡EI médico acaba de confirmarlo! ¡Tenías que ver su cara!
-¡Me hace muy feliz oírte, Sandra!
-¡Lo sé!
-¿Vendrás a verme con Tomy?
-¡Claro que si!... ¡Él quiere ir ya mismo!
-¡¿Por qué no?! ¡Te enviaré un coche de la casa! Sólo dime a qué hora.
-¿Te parece bien, cerca de las seis?
-Perfecto, te estará aguardando una limousine verde mar.
-Bien. ¡Hasta luego!
-Adiós. (“¡¿Ves demonio?! ¡¿Cómo te quedó el ojo?!¡¡Dios te ha vuelto a ganar la partida!!”) – pensó la joven, mientras anotaba la dirección de su amiga - ¿Rosario?
-¿Se le ofrece algo, mi niña?
-Quiero que mi chofer recoja a dos personas a las 18:00hs... en ésta dirección.
-¡¿Va a recibir visitas, en sus condiciones?!
-A mi ahijado y su madre.
-¿Necesitará algo más?
-Sí: prepara helado de chocolate, bollos, galletas, todo lo que pueda gustarle a un niño de cuatro años.
-Enseguida. - el ama de llaves se retiró. Clarisa se levantó y preparó su baño.
-(“No quiero estar sola... ni ver nada que me recuerde a ese hombre... Cambiaré mi habitación por completo... la haré pintar... compraré muebles nuevos... y tendré un oratorio junto a mi cama... ¡Hhhh!... Esa noticia me levantó el ánimo... aunque no es ninguna novedad... el agua tibia me ha servido de mucho... ¡Hmmm!... Pam estará buscándome otra vez esta noche... Tendré el Santísimo Expuesto, de ese modo, no podrá acercarse siquiera a la casa... Pero me preocupa la fiesta del viernes... ¡Ya sé!... ¡Llevaré la Teca como una joya más!... así estará conmigo todo el tiempo, y nadie correrá peligro... Hay que poner espejos en el comedor... y muchos jarrones con rosas en toda la casa... haré que se planten cientos de rosales en el jardín... Quiero que su perfume, invada el lugar...”) - pensaba, ya vestida - (“Las 16:00hs... creo que trabajaré un poco en el ordenador... más precisamente, en la red... vamos a ver... ¡O.K!... ¡estoy en línea!... ¡Hmmm!... matemática... mentalistas... motos... murales... música... ¡mueblerías!... no... muy infantil... demasiado técnico... poco romántico... demasiado cursi... ¡ideal!... Cama de dos plazas con dosel... mesa de noche a ambos lados... Escritorio para ordenador... mesa de maquillaje tipo camerino, con espejo y luces... almohadones de piel ecológica... ¡Peluches, muchos peluches!... A ver... ese oso Panda... otro rojo... anaranjado... amarillo... verde... azul... azul oscuro... violeta... rosa... blanco... un conejo... una ovejita... Bugs Bunny... un Pato Lucas... Snoopy, con toda la pandilla de Charlie Brown... Silvestre y Piolín... Bien... cortinas de seda... encaje de bolillos... raso... Perfecto... El oratorio... los benedictinos son buenos ebanistas...”)
-Hija, ¿puedo pasar?
-¡Claro, papá!
-¿En qué trabajas?
-Mira.
-¡¡Bellísimo!!
-¿Te gusta?
-¡Lo tendrás, mañana mismo!
-¡Gracias, papá!
-Sé que lo que te sucedió no puede borrarse con cosas materiales, ¡pero es que no sé qué hacer!
-Te comprendo.
-¡Hhh! ¡Mi niña!
-Papá... he tomado una decisión y creo que estarás de acuerdo...
-Dímela.
-No saldré más con Javier, voy a decírselo el sábado.
-¡Me parece muy bien!... Tu madre y yo, lo hemos pensado durante mucho tiempo, no queremos que te cases con cualquier hombre...
-Papá...
-Escúchame... somos una familia muy importante en el país y en el continente... El hombre que esté a tu lado deberá saber administrar nuestros bienes y empresas familiares y también tendrá el deber de contribuir a que sigan prosperando.
-¿Ya encontraste a mi «marido ideal»? (“¡Yo, sí!”)
-No exactamente. Tú lo elegirás de entre nuestro círculo social, claro.
-Por eso la fiesta del viernes...
-Justamente. Vendrán padres e hijos: petroleros, joyeros, astilleros, metalúrgicos, automotrices, ¡en fin, de todo un poco!
-¿Nobleza? ¿Realeza?
-¡También! ¿Por qué?
-Los gustos aristocráticos de la tía Rocío...
-Bien, volveré a mis negocios. - don Rodrigo besó a su hija, y abandonó la suite.
-(“¡Un baile para buscarme esposo!... ¡Era lo que faltaba!... ¡Hhhh!... ¡Prefiero no opinar!... Seguiré con esto... también quiero un equipo de audio... un piano de cola, obviamente, alemán... una guitarra eléctrica... ¡listo!... ¡Hmmm!... creo que subiré...”) - apagó la máquina y corrió por una escalera caracol, oculta dentro de un armario empotrado en la pared - (“Mi lugar secreto... hace días que no vengo... sólo dejaré entrar aquí a Richie... es prácticamente, su lugar... sus fotos... las revistas... los sueños... todo lo que siento por é, está resumido aquí... ¡Tengo tantas ganas de verlo!... ¡Ojalá venga a la fiesta del viernes! ¡Me pondré un vestido de cóctel, y estrenaré joyas!... Bailaré con él toda la noche... Mis padres no lo verán mal... supongo que mamá se pondrá contenta cuando se entere... la próxima vez, seré yo quien lo bese... tal vez en la glorieta... rodeados de rosales... cuando nadie nos vea... estaremos allí, juntos... ¡como en mis sueños!”) - se sentó sobre un almohadón, y encendió otro PC, más moderno que el de su cuarto - (“Tengo sus ojos azules, como papel tapiz... su nombre, como protector de pantalla... Aquí están todas sus fotos... desde la primera, hasta la última... veré mis favoritas... ¡Hhhhh!... ¡Bello!... Parece un angelito blanco... Aquí lleva smocking... como en la fiesta de Ana Paula... En ésta, estaba Mariana Roch... hice bien en cortarla... ¡Guapísimo, en la playa!... surfeando. Navegando... Dulce... ¡Ojalá estuvieras aquí!... ¡Necesito estar entre tus brazos!”)

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